Justin Bieber, de 25 años, vuelve a ser noticia después de su segunda boda con la modelo Hailey Baldwin. Esta vez se ha puesto en el punto de mira de la oenegé PETA. La organización que lucha por los derechos de los animales ha criticado al cantante canadiense por haberse comprado dos gatos exóticos, pagar por ellos 35.000 dólares (31.800 euros) y presumir de ellos en sus redes sociales.

Lisa Lange, vicepresidenta de PETA, ha dicho a la revista 'People' que, con su acción, Bieber contribuye a la superpoblación de esta especie, criada en condiciones deplorables, en vez de promover la adopción de cualquier gato doméstico que se encuentre en los refugios abandonados.

Sushi y Tuna son los nombres que el cantante ha elegido para sus nuevos compañeros. Los felinos, comprados por 20.000 y 15.000 dólares cada uno en Select Exotics, un criadero con sede en Illinois, tienen un gran parecido con el lince y son de una raza llamada Savannah, que es un cruce entre un gato doméstico y un serval africano. Esta raza es legal en California, el lugar de residencia del cantante junto a su esposa, pero no en la mayoría de estados de Estados Unidos, como Nueva York, Texas y Colorado.

Bieber no ha dudado en presumir de sus nuevas mascotas, y hasta les ha creado su propia cuenta de Instagram, que acumula casi 300.000 seguidores.

Tras las críticas, Bieber, a través de su 'stories' de Instagram, ha sido muy contundente al afirmar que lo que tiene que hacer la organización es preocuparse por problemas reales, como la caza furtiva y la brutalidad animal. "¿De verdad estáis enloqueciendo porque yo quiero un tipo específico de gato? No os comportásteis igual cuando tuve a mi perro Oscar y él no fue adoptado ¿todas las mascotas que tengamos deben ser de adopción? Yo pienso que la adopción ayuda pero también pienso que cada uno puede elegir y para eso existen los criaderos".

No es la primera vez que Justin está en el punto de mira por su convivencia con animales exóticos. En 2013, las autoridades alemanas le confiscaron un mono capuchino a su llegada a Múnich, ya que voló sin los documentos legales que certificaban que el animal había sido vacunado y comprado legalmente. Hace tres años, Bieber recibió advertencias de PETA por vestir también con abrigos de piel y publicar en sus redes fotografías con tigres.