¿Puede un cantante homicida que ha purgado su pena ofrecer un concierto y recibir los aplausos del público? Legalmente nada se lo impide, pero la presión social puede complicar las cosas. La gira de presentación de Amor Fati, el primer álbum en solitario de Bertrand Cantat, exlíder del grupo de rock francés Noir Désir (Deseo negro) disuelto en el 2010, se ha enredado en el violento pasado del artista.

El 27 de julio del 2003, durante una fuerte discusión impregnada de alcohol en un hotel de Vilnius, Cantat le dio varios puñetazos a su novia, la actriz Marie Trintignant, que rodaba en la capital lituana una serie sobre Colette. Los golpes le provocaron un edema cerebral que la sumió en el coma durante cinco días. Repatriada a Francia, Marie Trintignant murió el 1 de agosto.

Quince años después del drama, el regreso del cantante a los escenarios ha levantado en Francia tal ola de protestas que Cantat se ha visto obligado a cancelar su presencia en los festivales veraniegos financiados con dinero público.