Queda un mes justo para San Valentín, y Rihanna no ha dudado en hacer de modelo de su propia línea de ropa interior para mostrar la nueva colección dedicada a celebrar este día de los enamorados. Si bien es cierto que la estrella de las Barbados, de 31 años, anunció el pasado mes de noviembre que se alejaba un tiempo de los escenarios para descansar y atender a su vida privada después de años dedicada a su carrera -como ella misma lo definió: «eso conocido como equilibrio»-, la diva no quiere desatender los negocios. Su marca de cosmética, con su línea de belleza Fenty Beauty, así como su colección de lencería, que también se llama Savage Fenty, y que este año ha pasado a manos del conglomerado de lujo francés LVMH, le han endiosado como la artista femenina más rica, según proclamó Forbes el pasado junio. Su fortuna, de 500 millones, le han aupado por delante de Madonna, Céline Dion y de Beyoncé.

A través de su cuenta de Instagram, donde acumula más de 78 millones de seguidores, la artista muestra la nueva colección San Valentín creada para la marca por su diseñador de cabecera, Adam Selman. De lo más sexi, con un conjunto rojo, que incluye cremalleras y un liguero anudado con un corazón, Rihanna muestra sus curvas sobre un sillón-flotador, en una habitación llena de peluches y corazones, ilumniación en rojo, a juego con el conjunto lencero diseñado para todo los tipos de mujeres, sean de la talla que sean.

Adam Selman es el diseñador predilecto de Rihanna desde el 2013. La cantante se aventuró con él a lanzar su propia línea de ropa. Y de él es casi todo lo que se ha vestido la cantante en casi todas sus apariciones y videoclips. Selman firmó el vestido blanco de la premiere de la película Battleship, el biquini tropical del anuncio de la bebida Vita Coco y sus looks del Diamonds Tour.

«A todos mis amigos/familia/equipo a los que tenía que haber contestado en los últimos meses… por favor, perdonarme. Este año ha sido demasiado intenso y ahora estoy trabajando en eso conocido como equilibrio. Volveré pronto», escribió Rihanna junto a una imagen en Instagram el pasado junio.