Tras la controvertida entrevista con el histórico dirigente aberzale Arnaldo Otegi, Jordi Évole intenta desentrañar este domingo en 'Salvados' (La Sexta, 21.30) la otra cara del deporte y responder, así, a cuestiones como qué hay más allá del éxito, el dinero, el reconocimiento y la fama de los deportistas de élite que vemos a menudo en los medios de comunicación. Por ello, el periodista catalán conversa con la exgimnasta Carolina Pascual, el futbolista Juan Mata y la exatleta Virginia Berasategui.

Pascual ganó la medalla de plata de gimnasia rítmica individual en los Juegos de Barcelona. A los 12 años se fue de casa y lo dejó todo -incluso, los estudios- para incorporarse al equipo nacional. Vivir la infancia lejos de casa, entrenar hasta 14 horas al día hasta no poder ni andar, seguir una dieta estricta y caer en el olvido tras la retirada es el precio que la joven ha tenido que pagar. Junto a Évole, la joven reflexiona sobre si compensa una medalla olímpica todo este sacrificio. “Lo importante eran los Juegos Olímpicos -comenta Pascual-; no había tiempo para estudiar porque exprimen al deportista”.

UN SUELDO EXAGERADO

El jugador del Manchester United y de la selección española, con la que ganó el Mundial de Sudáfrica en el 2010, dejó Oviedo y fichó por el fútbol base del Real Madrid. Mata reconoce en 'Salvados' que tiene un sueldo exagerado que, en cambio, es normal en su entorno profesional. “Vivo en una burbuja. La vida real es la de mis amigos, que tienen que buscar trabajo o han estado en el paro”, le cuenta a Évole, que le visita en su casa de Manchester. Mata reflexiona sobre el negocio en el que se ha convertido el fútbol de élite, la imagen estereotipada que existe de sus colegas y lo alejados que están de la realidad social que les rodea.

Cierra 'Salvados' la entrevista con Berasategi, triatleta vasca que llegó a ser campeona del mundo de triatlón en el 2003.Berasategi le cuenta a Évole cómo entró en una espiral de autoexigencia en la que solo valía ganar. Desde muy pequeña entrenó un mínimo de ocho horas diarias, movida por el deseo de ganar.Tras lograr numerosos éxitos y ya cerca de su retirada, en el 2013,Berasategi admitió que había consumido estimulantes en el triatlón de Bilbao. “Me dopé porque fui débil, por ego y por las ansias de gustar a la gente. El deporte de élite no es sano a nivel físico ni psíquico”, admite.