En enero se conoció la ruptura entre la actriz estadounidense Scarlett Johansson, de 32 años, y su marido, el periodista francés Romain Dauriac, de 35 años, pero según el portal TMZ la actriz no habría presentado la demanda de divorcio en Nueva York hasta el pasado martes. Hasta aquí todo correcto. El problema puede llegar con el tema de la custodia de la hija que tienen en común, Rose Dorothy, de dos años.

Según los documentos a los que ha tenido acceso el diario New York Post, la intérprete habría solicitado al juez su custodia. Sin embargo, el periodista francés también desea luchar por la custodia de la niña, por lo que se avecina otra batalla judicial, al estilo de la mantenida por los actores Angelina Jolie y Brad Pitt en los juzgados neoyorquinos.

El tira y afloja del exmatrimonio podría ir a más si Dauriac mantiene su intención de regresar a Francia con la pequeña con la excusa de que el trabajo de la madre la obliga a viajar con mucha asiduidad.

Durante meses, se ha especulado sobre el estado civil real de la protagonista de películas como Los Vengadores, Lucy y Match Point. Aunque fue a principios de año cuando la ruptura de la pareja saltó a los medios, ambos posaron juntos a finales de enero en una exposición en Nueva York, dando pábulo a todo tipo de especulaciones. Unos días antes, la actriz había asistido a la marcha de las mujeres en Washington tras la toma de posesión de Donald Trump y ese día se comprobó que ya no llevaba puesta su alianza.

Que una de las musas de Woody Allen acudiese con su representante a la ceremonia de los Oscar el 26 de febrero, ayudó a reavivar las especulaciones sobre la ruptura.

La pareja se comprometió en agosto del 2013, tras un año de relación y se casó en secreto en el 2014 en Philipsburg, en el estado de Montana, después de que la actriz diera a luz a su única hija. Es el segundo matrimonio fallido de la actriz, que en el 2010 se divorció del actor Ryan Reynolds por problemas de convivencia. «Vivir con otro actor es complicado. Tiene que haber un entendimiento real de cómo compartes tu tiempo, especialmente cuando las carreras van al mismo ritmo», explicó entonces.

En una entrevista con la revista Playboy el 14 de febrero, Scarlett Johansson dio su particular visión del matrimonio: «Estar casado no tiene nada que ver con no estarlo, y cualquier persona que diga lo contrario está mintiendo. Claro que cambia las cosas. Tengo amigos que han estado juntos durante 10 años y luego han decidido contraer matrimonio y las cosas han cambiado», explicó.

Para la actriz, la monogamia no es una cuestión natural, sino una imposición cultural y social: «Tienes que elegir un camino. Creo que la idea del matrimonio es muy romántica; es una idea bonita y puede ser algo muy bello, pero no creo que sea natural ser monógamo», zanjó.