Puede que su nombre suene como el favorito, tras la electrizante actuación del martes en la primera semifinal. Puede que su cancion ‘You are the only one’ escale cada vez más puestos en las listas europeas de itunes. Pero lo cierto es que una parte de Rusiaverá este sábado noche con ciertas dosis de distanciamiento emocional a su representante en el festival, Sergey Lazarev, contra el que incluso ha habido llamamientos al boicot. La razón: sus opiniones políticas. El artista ha defendido públicamente los derechos de los homosexuales, ha criticado sin ambages a los legisladores que elaboraron la ley de la propaganda homosexual en el 2013, y ha declarado sin medias tintas que Crimea era parte de Ucrania, proclamando de paso que rehusaba actuar “de momento” en la península anexionada. Toda una profesión de fe, en tono de disidencia, para una figura del pop de su categoría, una de las más afamadas del país.

“Es aterrador y estúpido que las autoridades no participen en la unidaddel país, sino que dirijan a las gentes las unas contra las otras, sea cual sea sugrupo étnico o su orientación sexual”, afirmó, tras ser aprobada en el 2013, la ley que prohíbe la difusión de información de contenido gay. “A aquellos que nos gobiernan” -invocó en un mensaje en su página de Facebook- “reflexionad, ¿a dónde lleváis al país?" Durante la rueda de prensa tras la primera cita de Estocolmo, Lazarev insistió a la audiencia periodística que “la vida gay” en su país existía, y que todo el mundo sería “bienvenido” si organizaba el festival "el año que viene”.

Más controvertidas si cabe han sido sus declaraciones sobre la guerra de Ucrania y la anexión de Crimea. En una entrevista reciente, Lazarev dijo: “Para mí, Crimea no es Rusia; toda esta euforia de que Crimea vuelve a nosotros, no la comparto, puede que me acaben tirando tomates mis fans rusos, pero así lo pienso”. El cantante admitió haber recibido proposiciones para actuar en alguno de los conciertos y actos que se organizan en Rusia para conmemorar la incorporación del territorio, pero quiso dejar claro que las había desestimado todas. Todo ello ha acabado desatando la ira de numerosas voces, que piden a la audienciaboicotear el sábado el festival, por mucho que Rusia lleve las de ganar. Dimitri Smirnov, del diario progubernamental ‘Komsomolskaya Pravda’, adelantó en un tuit que, tras las declaraciones del artista, “este año” ignoraría el evento.

AMPOLLAS EN RUSIA

Lo cierto es que una victoria de Lazarev abriría no pocas ampollas en Moscú, sobre todo entre los sectores más conservadores de la sociedad: la Iglesia y los comunistas, debido a la obligación de que el país ganador acoja el evento el año siguiente. El pasado año, Kirill, patriarca ortodoxo, tachó de “repulsivo” el eurofestivalpor querer imponer valores “ajenos a la cultura” (rusa). En el 2014,tras la victoria de la mujer barbuda austríaca Conchita Wurst, el diputado comunista Valerii Rishkin instó al Gobierno aorganizar un acto paralelo "heterosexual" con países de Euroasia.

El liderazgo ruso, sin embargo. no parece estar por la labor. “Eurovision es una plataforma con la que Rusia puede demostrar que puede equipararse a Europa e incluso superarla", ha dicho a la BBC Karen Fricker, de la universidad Brock (Canadá) y especialista en las relaciones entre la política y el eurofestival. Y como dice la canción de Lázarev, esa sigue siendo la primera prioridad de Moscú, el "only one' del Kremlin. Incluso si para ello es necesario enviar a la veterana cita musical anual a un artista de opiniones disidentes.