La puesta en escena vintage que protagonizó Sergio Ramos la semana pasada en la ciudad deportiva del Real Madrid, donde apareció vestido de época (o eso parecía) a los mandos de un Seat 600 tuneado, no parece que haya resultado tan simpática y curiosa en el departamento de márketing del club blanco ni en la sede de Audi, según revela el portal A la contra. El gigante automovilístico es el proveedor oficial del Madrid en este apartado desde el 2003. A los jugadores dela primera plantilla se les facilita cada año un vehículo de alta gama para que, obviamente, se dejen ver con él en actos y compromisos oficiales, empezando por los entrenamientos diarios. Para estimular el uso de dichos automóviles patrocinados, el club ha establecido incluso un parquin oficial, en el que cada plaza está asignada y señalada con el dorsal del futbolista y el logo de Audi. Pues bien, Ramos se saltó a la torera cualquier compromiso acordado previamente y se presentó a trabajar con un Seat 600 L de color guinda, fabricado en 1972 y valorado aproximadamente en 6.000 euros. Y lo aparcó donde se supone que debía estacionar su Audi (foto). A lo campeón.