Michael Robinson reapareció ayer en televisión tras desvelar, el pasado 17 de diciembre, que padece un melanoma con metástasis. El comentarista deportivo acudió a Espejo público, programa que dirige y presenta Susanna Griso en A-3, donde ha explicó que, en un primer momento, el médico le dejó claro que su cáncer no tenía cura. No obstante, sí le comentó la posibilidad de «controlarlo» con un tratamiento que asciende a unos 14.000 euros mensuales. «Intentaré morirme lo antes posible para que no te quedes en bolas», le dijo a su mujer el exfutbolista, que no ha perdido su sentido del humor.

Robinson pidió una segunda opinión a otro médico, el mismo que trató a Severiano Ballesteros, el famoso golfista con el que mantuvo una estrecha amistad y que falleció en el 2011 tras una larga lucha contra un tumor cerebral. Ese segundo pronóstico puso sobre la mesa un escenario mucho más favorable para Robinson: «Me dijo que está curando a un 37% de las personas que padecen lo mismo que yo. Curando, no controlando».