Todos los ojos estaban puestos el pasado domingo en la reaparición pública de Val Kilmer, que resultó como mínimo «extraña», como la calificó la revista People. El actor de Top Gun (1986) o Batman Forever (1995), que lleva dos años retirado de los focos --desde que en el 2017 reconoció que padecía un cáncer de garganta que previamente había desmentido, acudió a un acto para la recaudación de fondos para su fundación TwainMania, que se encarga de la educación de niños sin recursos, siguiendo el legado del escritor Mark Twain. Kilmer, de 59 años, acudió al acto en Los Ángeles con su hijo Jack, de 23 años, luciendo un aspecto intrigante: pelo largo, gafas de sol, una diadema de antenas y bolas plateadas, pañuelos anudados al cuello y unos binoculares al cuello. De esa guisa posó en la alfombra roja. Esta surrealista aparición se produce antes del próximo estreno de Top Gun: Maverick, la secuela de la famosa película de los 80 que coprotagonizó con Tom Cruise. El pasado verano Cruise dijo que para él era «especial» volver a reunirse.