Como La ventana indiscreta, pero llevada a esa extraña confluencia que conforman Instagram y el covid. La trama hitchcockiana de la semana tiene en su reparto a a) los famosos que, como todos, guardan el confinamiento en sus respectivos hogares y b) vecinos o profesionales que aprovechan este tiempo de parón para espiar a sus vecinos famosos.

Diferentes celebridades han denunciado a través de las redes sociales estos actos que atentan contra su intimidad y que no reflejan precisamente la solidaridad con los más cercanos que la situación actual de la pandemia precisa. La influencer Paula Echevarría ha usado sus redes para dar fe de cómo unos paparazis iban pisándole los talones hasta el supermercado. «Me pregunto si el confinamiento es solo para algunos o para todos. Porque yo creo que cotillear la vida de los demás no es de primera necesidad», compartía la actriz y prescriptora. También uno de los actores de moda, Jaime Lorente, que está aprovechando la cuarentena para hacer ejercicio y lucir abdominales en las redes, y que vive con su pareja, la también estrella millennial María Pedraza, ha denunciado esta intromisión en su cotidianidad. En su caso, una vecina del edificio de enfrente que aprovechó las vistas sobre el hogar de la pareja -una oportuna tribuna sobre la felicidad ajena- para hacerles unas fotos y venderlas a la prensa.

El actor, que ha compartido reparto con Pedraza en La casa de papel y Élite, se tomó su venganza colgando una foto del balcón de la vecina-espía con el siguiente mensaje: «Esta es la caridad que nace en momentos difíciles. Aquí vive una vecina generosa que se dedica a hacerme fotos en mi casa y enviarlas a las revistas del corazón». Habrá que ver si el aviso calma el colmillo paparazi de la mujer, la cual, si Lorente la denuncia formalmente, podría ser juzgada, ya que tomar fotografías de personas cuando se encuentran en propiedades privadas está considerado ilegal.

ROBADOS A LAS 20.00 HORAS / También algunos fotógrafos están aprovechando el aplauso diario de las ocho de la tarde a los sanitarios para capturar imágenes de los famosos en sus balcones y, de paso, levantar polémicas. Así, han aparecido imágenes de la famosa porque Antonia dell’Atte; del actor Imanol Arias; de los cantantes Joaquín Sabina y Chenoa, que denunció a través de un vídeo que una reportera se apostaba frente a su balcón para comprobar si se sumaba al aplauso. La cantante publicó en su cuenta de Twitter: «Esto no es ni medio normal. Una periodista graba en mi balcón para ver si salgo a aplaudir, cosa que hago desde hace tres días para animar a todos los que están dejándose la piel. Pero esto toca techo».

También ha salido en la prensa Mar Torres, conocida por ser la ya exnovia de Froilán, sobrino del rey Felipe VI. De hecho, esa relación dio pie a un cotilleo: mientras Torres está encerrada en su domicilio madrileño, la infanta Elena, cazada paseando a su perro por los alrededores de su residencia (otra socorrida manera de dar con famosos), aseguraba que sus hijos no estaban confinados en la capital española. Y es que a través de las redes de ellos, se supo que se encontraban pasando unos días en una finca de Andalucía junto con sus amigos.

Está claro que, a falta de saraos y por pura supervivencia, parece que la nueva alfombra roja la constituyen el supermercado, el paseo del perro o el camino al contenedor de la basura y, cómo no, la fachada de tu casa.