La diseñadora de moda Miuccia Prada dijo una vez: "Lo feo es atractivo. Lo feo es emocionante. Porque lo feo es humano". Su ropa de entrada no lo es, pero nunca se sabe. La apreciación sobre si una prenda es o no de mal gusto, o directamente fea, seguro que depende del juicio de cada persona y de cada momento. Pero en el Barbican Art Gallery de Londres se han propuesto marcar los límites. O al menos recorrerlos.

Hasta el próximo 5 de febrero se puede disfrutar, por 14 libras, de una exposición "provocadora y potente, agradable de ver", en palabras de sus artífices. Se llama 'The vulgar: fashion redefined' y es la primera muestra de su género que se centra en la constante evolución de la vulgaridad en el mundo de la moda. Tranquilos, la cosa viene de lejos, desde el Renacimiento hasta la actualidad.

Diseñadores y firmas como Christian Dior, Manolo Blahnik, Christian Lacroix, John Galliano, Jean Paul Gaultier, Marc Jacobs para Louis Vuitton, Karl Lagerfeld para Chanel, Alexander McQueen para Givenchy, Prada, Moschino, Gucci e Yves Saint Laurent, entre otros, han contribuido con algunas piezas, consideradas escandalosas, provocadoras y hasta 'kisch' en su momento. También hay objetos procedentes de colecciones públicas y privadas.

El material expuesto incluye un sinfín de vestidos históricos, moda de alta costura y 'prêt-à-porter', ornamentación textil, manuscritos, fotografías y hasta películas. Así, a lo largo de más de 20 salas distribuidas en dos plantas, el visitante puede contemplar verdaderos 'looks' considerados espantosos en su momento.

Ahí está desde un 'maillot' de Pam Hogg, diseñadora de referencia de Lady Gaga (una de las celebridades más discutidas por su vestuario en el pasado, recuerden su vestido de carne del desaparecido Alexander MQueen) y Taylor Swift, hasta una falda con forma de elefante de Walter van Beirendock. También hay algunos trapitos punk firmados por Vivienne Westwood y materiales y adornos que han sido considerados vulgares en algún momento, como oro, terciopelo, perlas y lentejuelas, perdón 'paillettes' en el lenguaje de la moda.

'The vulgar' corre a cargo de la expositora y conservadora de moda Judith Clark y del psicoanalista Adam Phillips. En esta revisión histórica de la moda más 'kitsch', de estética pretenciosa considerada de mal gusto, las aportaciones de Clark y las definiciones acerca de la vulgaridad de Phillips van de la mano a lo largo del recorrido. "La exposición está pensada para que el visitante disfrute, reflexione y se cuestione por qué algunos diseños son considerados vulgares y cómo este concepto cambia a lo largo del tiempo, el contexto y la experiencia", explican.