Alba, la hija transexual de Antonio Recio, llegó a 'La que se avecina' casi de visita, pero su frescura le valió un puesto fijo en la alocada comunidad de vecinos de Mirador de Montepinar, donde ahora tiene nuevo novio, nada menos que el mejor amigo de su peculiar padre, Enrique. Víctor Palmero (Onda, Castellón, 1989), el actor que la interpreta, habla del personaje con un cariño especial y confiesa que siempre ha tenido presente que "Alba no es transexual, sino una mujer".

Alba apareció en la serie como un personaje episódico, pero caló tanto que se quedó definitivamente. ¿Le sorprendió? La verdad es que sí. Además, estaba en un momento bastante fastidioso de mi vida, porque había hecho 'Con el culo al aire', pero había pasado un año en el que no había nada de trabajo.

Durante ese tiempo tuvo que trabajar en una cafetería. Sí, en la de El Corte Inglés de la Castellana. Era curioso, porque la gente me preguntaba: "¿Pero tú no sales en la tele?", porque estaban reponiendo 'Con el culo al aire' en Neox.

Y ahí llegó 'La que se avecina'. Fue gracioso porque hice una prueba para 'Cuéntame cómo pasó' y la directora de 'casting' era la misma de 'La que se avecina'. Además, Alberto y Laura Caballero [los directores] me habían visto en el teatro y decidieron que les apetecía que hiciese un episódico en su serie. Así que... ¡Gracias al 'casting' para un quiosquero de 'Cuéntame' estoy en 'La que se avecina'!

¿Por qué cree que pensaron en usted para el papel de Alba? Pues les pregunté, porque no sabía si es que me habían visto afeminado en la prueba. Y me dijeron: "Cuando te pregunten los periodistas, les dices que te cogimos por guapo, porque tienes una cara muy fina y necesitábamos a un chico muy delgadito y mono al que pudiéramos plantarle una peluca y le quedase bien" [ríe].

¿Para usted es una responsabilidad hacer un papel de transexual, y más en una serie cómica? Cuando me propusieron interpretar este personaje, recibí la llamada con un poco de miedo, pero también tengo que confesarle que no me lo planteé mucho y no tuve dudas. Me parecía una oportunidad muy buena, aunque, de primeras, me daba un poco de respeto cómo tratarlo, que no quedase una parodia, como un travestido. Porque, como he hablado siempre con Laura Caballero, Alba no es transexual, sino una mujer. Hace varias semanas gané el primer premio de mi carrera como actor gracias a este personaje y, en el discurso, parafraseé a un amigo que es 'youtuber' y en uno de sus vídeos dice que la sociedad establece lo que es para hombre y lo que es para mujer, pero yo quiero ser más listo, porque algún día me voy a morir, así que quiero hacer lo que me dé la gana. Y Alba es hacer lo que me dé la gana. Estoy disfrutando con ella, y aunque imagino que hay opiniones de todo tipo, lo que me llega a mí directamente en la calle es precioso.

¿Ha tenido 'feedback' del colectivo 'trans'? Gracias a este trabajo he conocido a gente transexual que me ha dicho que, de alguna manera, le he ayudado a dar cierta visibilidad. En la serie, hemos vivido con Alba el proceso de cambio de sexo. Aunque 'La que se avecina' sea una comedia con muchas bromas como muy absurdas, creo que siempre hemos intentado tratar al personaje desde el respeto, pese a que esté un poco como una cabra. Espero que la gente lo esté recibiendo también así.

Que aparezca un personaje como Alba en la tele, y más en una comedia como esta, es un síntoma de que el colectivo transexual está cada vez más integrado. De hecho, ya ha habido precedentes, como 'Transparent'. Efectivamente. Hasta ahora, además, yo creo que cuando oías la palabra transexual, pensabas en La Veneno y en Carmen de Mairena, que es lo que de primeras nos ha traído la televisión. Pero, gracias a este personaje, he conocido de cerca a gente transexual que no tiene nada que ver con lo que la televisión muestra. Es gente muchísimo más normal que, simplemente, no siente que tenga el cuerpo que le corresponde, y no hay más.

Gracias a Alba, ¿ha aprendido mucho de la sensibilidad femenina? Bueno, debo confesar que yo soy un chico muy sensible, así que sensibilidad hay, lo que no sé si es femenina o no. Pero sí he mirado con mucho respeto al sexo femenino, y también admirado. Con Alba estoy sufriendo lo que sería ser una mujer presumida.

Me imagino que será el actor de 'La que se avecina' que más tiempo se pasa en maquillaje… Sí, suelen ser jornadas bastante largas de maquillaje. Cada vez, tanto las maquilladoras como yo, vamos cogiendo más el punto, pero voy al rodaje prácticamente a la misma hora que las mujeres.

¿Qué es lo que más le cuesta para convertirse en Alba? La depilación. En los brazos me hago la cera, y con las piernas empecé también así, pero luego comencé a hacer algunas sesiones de láser. El vello no se me va a caer definitivamente, pero por lo menos se suaviza un poco y luego no es tan duro hacerse la cera o pasarse la cuchilla. ¡Y el láser también es superdoloroso! En definitiva, lo he probado todo en la depilación... ¡solo me falta la Epilady! [ríe].

¿Se ha inspirado en alguien de su entorno para crear a Alba? Lo que pensé cuando me propusieron el personaje fue ponerme frente a un espejo y ver cómo sería yo si fuese una mujer. De hecho, invito a toda la gente que me dice que tiene que ser superdifícil hacer de Alba que hagan lo mismo que hice yo. Seas hombre o mujer, prueba a sacar tu sexo contrario, porque probablemente será muy divertido. Yo no me inspiré especialmente en nadie, solo intenté ver cómo sería yo si fuese mujer. Recuerdo que le envié un vídeo a Laura [Caballero] con los primeros guiones, interpretando una de las escenas, vestido como Víctor, pero con la voz de Alba, y le gustó.

Con todo lo que se transforma en la serie, ¿la gente le reconoce por la calle como Alba? No al nivel de mis compañeros, que llevan muchos años y no están tan caracterizados como yo, pero la verdad es que cada vez hay más gente que me reconoce. Y lo bonito es que, por lo general, noto en sus ojos que les gusta el personaje, y eso me hace muy feliz.

Y eso que Alba empezó como un personaje muy tierno, pero la están maleando un poco, con esa familia y esos vecinos que tiene… ¡Exacto! Justo el otro día, por casualidad, vi el primer capítulo que hice y lo comparaba con ahora. Y creo que Alba ha desarrollado un poco más el lado pillo y maligno, que es un componente que tienen todos los habitantes de la comunidad de Mirador de Montepinar. Inevitablemente, uno se tiene que adaptar al medio, y Alba lo ha hecho. Pero lo que me gusta del personaje es que tiene un abanico de colores muy grande, con momentos supertiernos en los que se derrumba y en los que cree que la vida no puede continuar, y otros 'superhappy' en los que está haciendo cupcakes y diciendo "holi, amiguis" todo el tiempo. Es divertido interpretar a un personaje que tiene tantos colores.

¿Usted cree que se puede hacer humor de cualquier cosa, como hace 'La que se avecina', que incluso ha ironizado con la independencia de Cataluña? Yo creo que sí. Reírnos nos ayuda a dar normalidad a las cosas.

¿Por qué una serie que lleva ya 10 temporadas en antena, a la que han ido cambiado de día de emisión, sigue liderando? Eso me gustaría a mí saber. ¡Si lo supiera, haría una serie! Creo que mucha gente ha crecido con los personajes, los conoce y hay como un punto de confianza y de cariño, porque se han convertido en una especie de familia del país. Además, no hay otra serie de comedia que lleve el humor hasta el punto al que lo lleva 'La que se avecina', supergamberro, incluso negro en ocasiones. Yo lo comparo con 'Padre de familia', que es una serie que me encanta, y que tiene tramas surrealistas. Ahí reside parte de la magia.

Además de 'La que se avecina', está en los escenarios, en Madrid, con 'Clímax', otra comedia. ¿No le apetece cambiar de registro? Precisamente, hace unas semanas interpreté al poeta Miguel Hernández en sus últimos años de vida, en un homenaje teatral por el 75º aniversario de su muerte que hicimos en Ontinyent, una obra escrita por uno de los profesores con los que empecé en la escuela municipal de teatro de Onda, mi pueblo. Fue un honor y algo totalmente distinto.

Usted empezó en varias series de la desaparecida tele valenciana, Canal 9. ¿Fue muy frustrante ver su dramático cierre? Yo ya estaba en Madrid, pero igualmente fue muy triste. Todavía se me pone la piel de gallina al recordar a los empleados de la televisión pública amotinados allí, luchando para que no se apagara. Por un lado fue triste por lo que el Gobierno llegó a hacer con una televisión pública, y por otro fue bonito ver a tanta gente que estuvo luchando hasta el último momento.

Volverá a abrir el próximo año. Sí, y ya he participado en un programa que emitirán. Es una especie de documental sobre los pueblos de la Comunidad Valenciana que estuvieron rodando en Onda. Aparezco en uno de los capítulos. Se llamará 'Ciutats desaparegudes'.