Por muy amante de ‘la terreta’ que sea, que lo es, a Ana Ripollés García no le ha quedado otra alternativa que buscarse la vida lejos de su Castelló natal. En primer lugar, porque tras acabar el Instituto de la Consolación de la capital de la Plana quiso estudiar veterinaria, y al no estar esa licenciatura en la UJI tuvo que realizar sus estudios en Madrid. Posteriormente ejerció en la capital de España y en Barcelona, pero ante la imposibilidad de realizar tareas de investigación en su país no tuvo más alternativa que aceptar una oferta en la Universidad de Pensilvania y hacer las maletas para dirigirse a Estados Unidos, donde va a cumplir su segundo año.

“Por desgracia, las oportunidades para investigar en España son escasas, por no decir que inexistentes para la gente joven, así que cuando me surgió esta beca de colaboración no lo pensé”, afirma Ana, que desvela cuál es la especialidad en la que está trabajando en el centro cercano a la ciudad de Filadelfia. “Estoy estudiando enfermedades hereditarias de retina en personas con modelos animales. Por ahora, los resultados son esperanzadores y gracias a estos trabajos algunas personas que estaban abocadas a la ceguera siguen viendo”, destaca la joven.

Admite Ana que la coyuntura política actual está dificultando la importación de talento por parte de EEUU, pero no descarta proseguir con su labor una vez concluya el curso vigente: “Antes aquí recogían a la mejor gente de cada país, sin importar su procedencia, pero cada vez hay más trabas. Tengo pensado regresar cuando me surja algo interesante en un par de años, pero como a España sé que estará complicado, me conformaría con hacerlo a Europa, preferentemente a Inglaterra, donde ya están algunos compañeros”.

En el plano personal, la castellonense admite que dada su juventud, “al principio a los más allegados no les hacía mucha gracia” su aventura, pero con el paso del tiempo no solo lo han aceptado, sino que lo han aprovechado: “Con la excusa de que estoy aquí ya han venido mis padres, amigos, familiares…”.

-¿Cómo fue la adaptación al país en los primeros meses?

-Al principio el idioma es un problema. La gente aquí es bastante amable, pero no hablan otro idioma al margen de inglés, de hecho muchos ni lo estudian en el instituto, así que el hecho de que intentes comunicarte con ellos en su idioma lo valoran y te ayudan. Pese a ello te frustras porque no te sale lo que quieres decir y en ocasiones puedes parecer un poco idiota.

-¿Es muy diferente la sociedad americana a la española, y en concreto a la de Castelló?

-Es una de las cosas que más me ha sorprendido para mal, el choque cultural. Al principio todos son muy agradables, pero si necesitas de ellos un favor, por pequeño que sea, lo tienes negro. Les veo en general muy materialistas y superficiales, es algo que no suele decirse, pero por mi experiencia, es la realidad. Es difícil hacer amistades de verdad.

-¿Qué es lo que echas más de menos de Castelló?

-Sobre todo mi familia y amigos. También la comida y el clima, claro, aquí en Filadelfia hace mucho frío en invierno (imagen inferior), pero no lo llevo tan mal. Cuando te vas de Castelló valoras todo lo que has dejado y te das cuenta lo bien que estamos allí, disfrutando de un clima maravillosa, una comida espectacular, una gente estupenda y una calidad de vida envidiable.

-¿A nivel gastronómico, en qué se diferencia su cocina de la nuestra?

-Aquí lo más típico es la hamburguesa y la carne en una barbacoa, pero como hay gente de tantas nacionalidades van adaptando lo mejor de cada país. Restaurantes españoles no hay muchos, de hecho en Filadelfia solo hay uno, así que tiro mucho de italianos, donde puedo comer gastronomía mediterráneo. Me hace gracia porque mucha gente me ha dicho que lo típico en España son los tacos y comida picante… como hablamos el mismo idioma nos confunden con mexicanos.

-¿Recomendaríais vivir en EEUU?

Depende. Es un país para establecerse a nivel laboral, trabajar unos años y aprovechar unas oportunidades que ningún otro país te puede ofrecer, pero para establecerse y formar una familia, para mí no es el ambiente ideal teniendo en cuenta cuál es nuestra cultura.

-¿Qué diríais que es imprescindible para visitar en Pensilvania?

-Normalmente salgo por Filadelfia, que está cerca de donde vivo, pero lo bueno es que estoy a dos horas de coche de Nueva York o Washington y como la gasolina está a mitad precio que en España, voy bastante. En Pensilvania es curioso ver a los amish y su estilo de vida. Aunque cuando vas a sus poblados te enseñan lo que te quieren enseñar, te llama la atención ver cómo viven, con sus carros de caballos (imagen inferior) y demás peculiaridades.

-¿Y qué nos puedes recomendar de Filadelfia?

-La zona del museo de arte es muy bonita y conocida porque en sus escaleras se rodó la famosa escena de Rocky Balboa. Es fácil encontrar ahí a la gente subiendo las escaleras con la música de Rocky. Hasta mis padres cuando vinieron lo hicieron (imagen inferior). Desde ahí el paseo hasta el Ayuntamiento es muy bonito, igual que el centro histórico. Hay una plaza en la que están las antiguas editoriales que también es muy interesante.

-¿Es mucho más elevado el nivel de vida en EEUU?

-Es diferente. Los sueldos son más altos y en impuestos se paga un poco menos. Después, la comida es bastante más cara y te puedes gastar bastante por semana en productos básicos. La verdad que echas de menos un Mercadona (sonríe), pero cuando llevas tiempo aprendes dónde comprar más barato.

Si conoces a algún castellonense por el mundo que tenga una historia que contar puedes contactar con nosotros a través del número de whatsapp 680-55-85-77, en el correo electrónico rfabian@epmediterraneo.com, o bien en los diferentes canales de Mediterráneo en Facebook, Twitter e Instagram.