Beyoncé se coronó como la reina absoluta del pop en la gala de los MTV celebrada en el Madison Square Garden de Nueva York, en la que le arrebató el título de poseedora de más premios a Madonna.

La cantante estadounidense se alzó con cinco galardones, incluido el de mejor vídeo por Formation, y protagonizó una actuación eléctrica y espectacular, la mejor de la noche con diferencia, en la que interpretó, sin tregua durante más de un cuarto de hora y con un diseño muy cuidado y varios cambios de vestuario incluidos, varios temas de su último álbum Lemonade.

Ya su entrada en la alfombra roja fue espectacular, desfilando con un espectacular vestido color nude muy conjuntado con el de su hija Blue Ivy, que llevaba un diseño con detalles satinados y tul con destellos que cuesta nada menos que casi 11.000 mil dólares. Beyoncé, que tenía hasta 11 nominaciones en estos premios, hizo un guiño a la moda española al recoger uno de los premios con un deslumbrante vestido de alta costura con mangas transparentes de la firma de novias YolanCris.

Otra de las grandes protagonistas de la noche fue Rihanna, que recibió el premio honorífico Michael Jackson Video Vanguard y que fue la encargada de abrir y cerrar la ceremonia. Pero más allá de sus números musicales, la cantante originaria de Barbados protagonizó una de las anécdotas de la noche.

Fue al recibir su premio, el último de la gala, de manos del rapero Drake, que le dedicó un emotivo discurso y le declaró que estaba enamorado de ella desde hace años, cosa que a ella parece no haberle impresionado demasiado porque no le hizo mucho caso. Ambos abandonaron el escenario, eso sí, cogidos de la mano.

La gran decepción la protagonizó Britney Spears, que presenta disco estos días. Su anterior participación en la gala de la MTV fue nefasta. En esta ocasión, presentó dos nuevas canciones, Make Me y Me, Myself & I, pero las redes sociales no fueron demasiado amables con ella. Consideraron su regreso fallido y hasta hay rumores de que actuó haciendo playback. La coreografía también fue mejorable.

Tampoco entusiasmó mucho la aparición del rapero Kanye West, que esta vez empleó los cuatro minutos para enlazar sin demasiado tino temas como la oleada de asesinatos en Chicago a otros más frívolos como sus disputas con Taylor Swift.

El marido de Kim Kardashian aprovechó para presentar su nuevo vídeo musical, una pieza de alto contenido erótico y con una estética inspirada en películas de los 80 como Flashdance, protagonizada por la cantante Teyana Taylor y su marido, el jugador de la NBA Iman Shumpert. Por su parte, el estilismo de Kardashian no gustó. Eligió un vintage de Galliano, un minivestido negro con un fruncido delantero que según muchos «rozaba lo vulgar».

Los deportistas estadounidenses, que tuvieron una presentacia destacada en los juegos de Río, tuvieron durante la gala ocasión de codearse con las estrellas de la música, como el exnadador Michael Phelps, la tenista Serena Williams y la campeona de gimnasia artística Simone Biles y sus compañeras del equipo olímpico.