Los astados de Cebada Gago estaban de lunes. Tocaba volver al curro y aunque salieron puntuales para encarnar el segundo encierro de los Sanfermines de este año, lo hicieron con un comportamiento atípico al que tienen acostumbrados al personal, no propio de unos toros que se han ganado la fama de peligrosos.

No se hicieron los remolones al abrirse el portón de los corrales de Santo Domingo. Tanto es así, que ya de primeras la manada tomó una velocidad importante, llevándose por delante a un conocido corredor pamplonés --Javier Muñoz El Boti-- en esos primeros metros de la cuesta por la parte izquierda del vial. Mientras los cabestros les abrían paso por Santo Domingo, alguno de ellos, por la parte derecha, tiraba derrotes. «Que es lunes, pero la sangre de Cebada está ahí», parecía avisar.

SUELO HÚMEDO // Con el pavimento mojado por la tormenta caída de madrugada, la torada siguió hermética a su paso por la casa consistorial y también por la curva de Mercaderes. Unos primeros tramos que ayer eligieron corredores morellanos. Parecía que ver buenas carreras iba a ser un imposible hasta que el toro cárdeno resbaló en mitad de Estafeta, quedando algo descolgado. Ahí se partió la manada y llegó el trabajo o la suerte, según se mire, para algunos corredores.

No le pasó factura lo de empezar semana ni madrugar al ondense Mateo Ferris, que pudo situarse en el segundo grupo de cebadas y guiarlos con maestría durante algunos metros. Al novillero valenciano Fernando Beltrán lo pilló en el mismo sitio a la misma hora, firmando a su lado otra importante carrera.

La actitud de lunes de los toros gaditanos siguió por Telefónica, donde corrieron Sergio, de Almassora, o Cristian Blanco, de la Vall d’Uixó, y callejón. A los 2 minutos y 23 segundos los cebaditas estaban en corrales, dejando un herido con un puntazo por asta en la espalda y tres trasladados con traumatismos. Tocaba descansar, pero la jornada laboral seguía por la tarde. Cosas del lunes y del turno partido.

DEBUT EN LAS FIESTAS // A la que también se vio ayer por Pamplona, aunque no corriendo en el rápido encierro protagonizando por las reses de Cebado Gago, fue a la alcaldesa de Almassora, Merche Galí, que acudió a la capital navarra para disfrutar de unos días de las fiestas en compañía de su familia. Era la primera vez que la primera edila asistía a los multitudinarios Sanfermines.