Cuando Patry conecta cada día la cámara de su ordenador, cientos de admiradores pagan por verla. Da igual lo que haga, les tiene locos. Camgirl de moda, nunca había enseñado sus preciosos ojos. Si se escribe su nombre de guerra de Patry (@patrymalaga20) en internet, llegas en dos clics hasta su dormitorio. Allí está ella, delante del ordenador, con camiseta de manga larga, en bragas y calcetines. Es su casa. Cada día, cientos de personas -la mayoría hombres… casados- interactúan con Patry buscando colmar fantasías, echar unas risas o ver a una chica guapa pasárselo bien. Esta andaluza de 21 años es una de las 'camgirls' españolas de más éxito. Muchos sabrán as través de la entrevista del semanario cómo es realmente esta mujer que nunca enseña sus ojos y factura por minuto. Para muchos, Patry es inspiración instantánea e, incluso, alguno la busca para insultarla. Peor para él. La webcamer solo me pide un favor, no quiere dar detalles de su infancia y juventud: “Fueron complicadas, no viví con mi familia. Esas carencias me hicieron más fuerte y responsable”.

Patry confiesa que "yo no soy camgirl por el dinero. Los que me llaman puta no entienden que puede haber mujeres a las que les guste el morbo, que se encienden cuando se colocan delante de la cámara. No se puede negar, muchas chicas lo hacen por necesidad, esas son las que harán todo lo que les pidan, son como robots y hacen de todo porque de ello depende su subsistencia. Yo no. Comencé en esto porque necesitaba salir de un problema personal y solo me sentía cómoda cuando tenía la cabeza ocupada".