Las pulseras Candela, una iniciativa solidaria nacida en Benicarló, llegaron recientemente a Operación Triunfo de la mano del concursante Alfred, que sorprendió a sus compañeros con un inesperado regalo navideño, cargado de buenos deseos.

El triunfito comentó en su perfil de Instagram que Papá Noel le trajo un obsequio para sus compañeros de OT 2017.

Con este gesto, las conocidas pulseras solidarias dan un paso más a favor de la investigación y tratamiento del cáncer infantil, un camino que se inició hace casi cinco años.

Todo empezó en el verano de 2013, cuando Carmen, una voluntaria del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, enseñó a la benicarlanda Candela, de once años y afectada de leucemia, a hacer pulseras para hacerle más llevadero su ingreso en el centro.

Poco tiempo después, la niña fue a pasar un fin de semana en su casa, en Benicarló, y allí enseñó a Daniela y Mariona, sus amigas de toda la vida, que entonces tenían ocho años, a tejer las mismas pulseras de hilo que hacía ella en el hospital.

Cuando Candela regresó al hospital, las dos amigas decidieron seguir tejiendo las pulseras, que bautizaron como Candelas en honor a su amiga, y venderlas para conseguir dinero para la obra social de Sant Joan de Déu, a través de la cual se financian proyectos de investigación del cáncer infantil.

Lo que empezó casi como un juego se convirtió en todo un fenómeno social y solidario. Daniela y Mariona montaron una paradita en Benicarló para solidarizarse con su amiga. El gesto solidario de las niñas, así como las pulseras, gustaron. Y se empezaron a vender a buen ritmo.

Paulatinamente, gracias a la implicación de cientos de personas y a la difusión de esta iniciativa, el producto infantil se popularizó y las pulseras han conseguido recaudar más de un millón de euros que van destinados al equipo oncológico del Hospital Sant Joan de Déu y para impulsar un laboratorio dedicado exclusivamente a la investigación del cáncer infantil, con seis líneas de investigación y 27 profesionales.