El futuro ya está aquí. La denominada Industria 4.0 ya es una realidad y se está experimentando en la planta de Colorker en Xilxes. Hasta allí se desplazó ayer miércoles el conseller de Sectores Productivos, Rafael Climent, junto a la directora general del Ivace, Júlia Company, para conocer los resultados del proyecto CEBRA (Ceramic Brain), una experiencia piloto que está siendo coordinada por los expertos del Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) con la clara intención de que se extienda al resto de las empresas.

El proyecto CEBRA cuenta con la inversión de 320.000 euros por parte del Ivace a través de los fondos europeos Feder. Y es que Colorker está evolucionando desde un sistema productivo de fabricación tradicional a un nuevo modelo de producción basado en la intercomunicación, la trazabilidad --se estudia implantar el código QR en la base de la pieza--, la digitalización y la recopilación de gran cantidad de información que al final permitirá tener «un mejor control, gestión y supervisión de toda la planta».

El presidente de la compañía Manuel Ángel Murillo subrayaba al término del recorrido que con CEBRA se tendrá información de todo el proceso productivo y que los datos recogidos permitirán detectar cualquier posible error o deficiencia «para intentar reducirla al mínimo. Somos conscientes de que el proceso siempre tendrá un mínimo de ineficiencia, pero ahora vamos a recortarla de manera importante».

El proceso de producción está completamente mecanizado. De hecho, los operarios se limitan a supervisar las fases. Desde la entrada de la tierra hasta el envasado de las baldosas en cajas, todo es de manera automatizada. «El futuro es la industria 4.0. O lo hacemos nosotros -en referencia al sector español- o nos lo harán otros», alertaba el director de AICE-ITC, Gustavo Mallol.

El conseller de Sectores Productivos, reiteró su decidido apoyo a la industria cerámica, destacando que el proyecto CEBRA, que continúa en este 2017, es una apuesta por la alta tecnología, la sostenibilidad y la eficiencia», que se llevará luego a todos los sectores antes del 2020».

Y no es el único salto cualitativo que ha dado el sector. Climent también se desplazó ayer a la planta de Coverlam de Grespania (Moncofa), donde conoció el trabajo de la que es una de las primeras firmas del sector cerámico español que fabrica piezas de gran formato, de 3x1 metros, considerada la pieza y el sistema productivo del futuro.