El final del verano llega acompañado de una suerte de macabras rebajas para los refugiados que deseen cruzar de Turquía a Grecia por la peligrosa ruta del mar Egeo. Las mafias de traficantes de personas que sacan tajada de esta crisis han decidido mejorar sus ofertas y cambiar el discurso en vista de la caída en las cifras de'clientes' desde que el pasado mes de marzo se pusiera en marcha el controvertido acuerdo entre la Unión Europea y Turquía para frenar el número de refugiados que entraban en territorio comunitario a través de la frontera turca en su costa occidental.

Así, la arriesgada travesía en una patera sobrecargada de gente desde suelo turco en dirección a islas griegas como Lesbos, Quíos, Kos, Rodas o Kalymnos puede hacerse hasta por unos 230 euros, según fuentes policiales de la ciudad costera turca de Esmirnacitadas por el rotativo local 'Hürriyet'. Un descuento suculento teniendo en cuenta que, para el mismo trayecto, hace un año era necesario desembolsar entre 800 y 1.300 euros. El capitán sirio de marina mercante Mohamed Hassan Hajira, que presta asistencia marítima a través de whatsapp para que las pateras lleguen a salvo a tierra como parte de la oenegé Red Alert Refugees, confirma a EL PERIÓDICO que la media del billete ahora es de entre 500 y 600 euros.

El aliciente de un menor coste viene acompañado de una nueva forma de captar refugiados. La técnica retórica de los traficantes se ha sofisticado y ahora aprovechan el delicado momento de las relaciones entre Bruselas y Ankara para asegurar que el pacto migratorio(que todavía tiene flecos que provocan roces entre ambos socios) fracasará en breve, lo que conllevaría una supuesta mayor facilidad para los solicitantes de asilo de moverse dentro de las fronteras europeas.

GOTEO CONTÍNUO DE LLEGADAS

La cifra de llegadas a suelo griego se ha reducido drásticamente desde la entrada en vigor del acuerdo UE-Turquía (al final del pasado 20 de marzo), aunque el goteo continúa, y el capitán Mohamed sostiene que los números son mucho mayores de los registrados por las autoridades griegas o el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur). Por ejemplo, Atenas anotó 21 llegadas este jueves, mientras que el marino sirio (en contacto a través de su teléfono con varios grupos de refugiados interesados en llegar a Europa) afirma que fueron entre 400 y 500.

Las autoridades griegas alertan de que el número podría seguir aumentando en septiembre. De los 1.554 de junio se pasó a 1.920 personas llegadas a suelo griego en julio, 3.447 en agosto y, solo en los primeros 12 días de septiembre, al menos 960.

También los guardacostas turcos han destacado el desbaratamiento de cada vez más viajes de migrantes desde junio, cuando detuvieron a 538 personas. En julio la cifra fue de 881, por los 1.604 de agosto y los 948 de los primeros 9 días de septiembre.

386 MUERTOS EN LO QUE VA DE AÑO

La Organización Internacional para la Migración indica que en lo que va de año han muerto en el cruce del Egeo al menos 386 personas, mientras que otras 165.000 han llegado a Grecia. Según los datos del Acnur, el 48% de éstas son de nacionalidad siria, seguidos por afganos (25%) e iraquís (15%).

El pasado 18 de marzo, Turquía y la UE acordaron un plan por el cual Ankara se comprometía a vigilar de manera más exhaustiva sus fronteras y a recibir a todos los migrantes cuyas solicitudes de asilo fueran denegadas en las islas griegas y se probara que procedían de territorio turco. A cambio, Bruselas se comprometió a aportar 6.000 millones de euros para desarrollar proyectos para los refugiados que acoge Turquía y a retomar las negociaciones de adhesión a la Unión, incluida la liberalización de visados para ciertos casos entre los ciudadanos turcos (como estudiantes o empresarios) si Turquía cumplía 72 puntos. Aunque el país eurasiático ha pasado la inmensa mayoría, el enganche entre los socios estratégicos está en uno de estos puntos en materia anti-terrorista. Bruselas quiere que Turquía acote su definición de terrorismo, mientras que Ankara se escuda en la frágil situación de seguridad que atraviesa para no modificar ni un ápice su legislación anti-terrorista.