Más de 1.500 personas se han dado cita este sábado en la ciudad bretona de Nantes bajo un mismo lema: la policía asesina (...) lanza granadas para acallar nuestras canciones. Una movilización multitudinaria para denunciar la responsabilidad de las fuerzas del orden en la muerte de Steve Maia Caniço, el joven de 24 años que desapareció la madrugada del 21 de junio tras una violenta carga policial a orillas del río Loira, uno de los escenarios de la tradicional Fiesta de la Música. Tras semanas de búsqueda, el pasado 29 de julio el cuerpo del jover fue encontrado en las aguas del río. Mientras todas las miradas se dirigieron al Ejecutivo, el ministro del Interior, Christophe Castaner, se apresuró a negar cualquier vinculación entre las fuerzas de seguridad y el trágico incidente.La cólera ciudadana no se hizo esperar. El ataque policial de la Fiesta de la Música no es más que el desenlace de años de violencias e impunidad de las fuerzas del orden, con este reclamo el colectivo Nantes Révoltée pedía a través de las redes sociales la movilización ciudadana. Un mensaje menos conciliador que el lanzado por la familia del joven fallecido que hoy por la mañana ha organizado un primer homenaje en memoria del animador de actividades extraescolares. En torno a una banderola con la fotografía de Steve Caniço y la inscripción prohibido vivir, un centenar de personas han participado en esta primera cita en su honor.Mientras la calma ha reinado por la mañana, la manifestación organizada a primera hora de la tarde se ha saldado con cerca de 40 detenidos y un ambiente de alta tensión. Cañones de agua a presión, gases lacrimógenos y barricadas han protagonizado la protesta, esta vez no solo dedicada a Steve Caniço, sino dirigida también contra las violencias policiales. En previsión de posibles altercados, el prefecto de Loire-Atlantique, Claude dHacourt, prohibió, sin éxito, cualquier concentración en el centro de Nantes.

Indignación social

La actitud del Ejecutivo de Emmanuel Macron ha provocado una verdadera indignación social. Mientras los testigos de aquella fatídica noche denuncian una carga policial desproporcionada e injustificada en un lugar especialmente peligroso por su cercanía el río, el primer ministro, Édouard Philippe, defendió la actuación de las fuerzas del orden.

El pasado martes, tras confirmarse el deceso, Philippe reveló la conclusión de la investigación encargada a la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) para aclarar las circunstancias de la polémica carga: ningún elemento permite establecer una relación directa entre la intervención policial de las fuerzas del orden y la desaparición de Steve Caniço. Una declaración más que desafortunada en un contexto marcado por el hastío social frente a la represión que acompaña cada vez más a menudo a cualquier protesta ciudadana.