Organizaciones no gubernamentales británicas de renonbre se han convertido en el centro de las críticas después de que diarios del Reino Unido hayan revelado una serie de escándalos sexuales protagonizados por algunos de sus empleados en el pasado mientras realizaban trabajos de ayuda humanitaria. Más de 120 trabajadores de varias oenegés fueron acusados de abusos sexuales el año pasado, según reveló ayer The Sunday Times, que esta misma semana destapó que cooperantes de Oxfam contrataron a prostitutas en Haití tras el terremoto del 2010.

Según las cifras publicadas por el periódico, Oxfam registró 87 casos el año pasado, Save the Children 31, de los cuales 10 «fueron puestos en conocimiento de la policía y las autoridades civiles» y la organización Christian Aid registró 2 incidentes. La Cruz Roja en el Reino Unido admitió que ha habido «una pequeña cantidad de casos de acoso», que el periódico cuantifica en cinco.

Ante la dimensión del escándalo y la gravedad de las acusaciones, la ministra británica de Cooperación Internacional, Penny Mordaunt, tras calificar lo ocurrido de actos «totalmente despreciables», advirtió de que el Gobierno congelará los fondos públicos que van a para a estas oenegés si no aclaran lo ocurrido y no toman las medidas necesarias para que no vuelva a suceder. En el caso de Oxfam, con 5.000 empleados y una red de 23.000 voluntarios, el 10% de su presupuesto procede del Gobierno británico.

En una entrevista a la BBC, Mordaunt, lamentó que Oxfam no diera cuenta al Gobierno de los verdaderos motivos por los que despidió a cuatro de sus trabajadores y aceptó la dimisión de otros tres en el 2011, justo después de que los empleados, entre los que había directivos y cooperantes, organizaran en Haití orgías con prostitutas en plena crisis tras el terremoto que sacudió el país en el 2010.

«Lo inquietante de Oxfam es que cuando les informaron de lo ocurrido no hicieron lo correcto. Permitieron que esas personas que cometieron los abusos se fueran sin decírselo a las autoridades judiciales y a sus donantes», dijo Mordanunt. La oenegé informó en agosto del 2011 a la denominada Comisión Caritativa, la institución británica que controla la ayuda humanitaria, pero sin la claridad y la contundencia necesaria y sin especificar que los motivos de las bajas de sus empleados estaban relacionadas con asuntos sexuales.

La presidenta del consejo de administración de Oxfam, Caroline Thomson, lamentó también lo ocurrido. «Comparto el enfado y la vergüenza por el hecho de que comportamientos como el destapado en Haití ocurrieran en nuestra organización», dijo la directora de la oenegé. Thomson también mostró preocupación por el hecho de que se hubiera contratado a este tipo de empleados y destacó que en situaciones de emergencia es necesario hacerse con personal rápidamente.

La filial española de Oxfam, Oxfam Intermón, expresó en su cuenta de Twitter su «tristeza, indignación y vergüenza» por el «repugnante» comportamiento de algunos de sus trabajadores en Haití en 2011.