Casi cuatro millones de seguidores tiene su canal en Youtube, más de dos millones de usuarios están adscritos a su cuenta en Twitter. Gracias a las nuevas tecnologías, Alekséi Navalni ha logrado trasladar a cualquier rincón de la Federación Rusa sus investigaciones sobre la corrupción de Estado, revelaciones que han puesto en un brete a altos funcionarios, miembros del Gobierno o de la judicatura. En un país en el que tradicionalmente la ciudadanía se informaba a través de las televisiones federales, bajo el control del Gobierno, el bloguero nacido hace 44 años en Odíntsovo, ha logrado romper ese techo de cristal que suponía para la oposición la falta de acceso a los medios de comunicación para revelar las prácticas deshonestas entre la élite rusa.

Para Navalni siempre habrá un antes y un después del vídeo difundido en el 2017 sobre la corrupción del exprimer ministro Dmitri Medvédev, Para vosotros no es Dimon (Dimon es un diminutivo por el que se conocía coloquialmente al anterior jefe del Gobierno). Medvédev detentaba fabulosas propiedades a nombre de testaferros –algunas de ellas regalos de oligarcas– que pudieron ser filmadas por drones.

La cinta fue vista por más de 30 millones de personas y causó un gran impacto en la opinión pública rusa, hasta el punto de que el 26 de marzo de ese año Navalni logró congregar a decenas de miles de personas en protestas no autorizadas por todo el país. En ese momento, la oposición rusa dejó de ser un fenómeno un punto marginal, propio de Moscú y San Petersburgo y se implantó en las provincias, tradicional feudo de Putin.

Otro de sus trabajos más remarcables se centró en la figura del fiscal general, Yuri Chaika, y en su familia. En la cinta, se relata cómo los dos hijos del jurista se han enriquecido por contratos con el Estado y privatizaciones obtenidas gracias a las conexiones de su progenitor. –M. M.