El departamento de Seguridad Nacional de EEUU está estudiando la posibilidad de separar a madres e hijos que intenten entrar ilegalmente en Estados Unidos por la frontera con México, según informa en exclusiva la agencia Reuters, que cita a tres fuentes oficiales de la Administración de Donald Trump.

Esta medida antiinmigratoria busca, según las fuentes, evitar la llegada de mujeres inmigrantes con sus hijos. La propuesta permitiría a los agentes de inmigración retener a las madres mientras se revisa su situación, ya sea para deportarlas o para atender las peticiones de asilo. Mientras dure ese periodo, los niños no podrán permanecer con ellas sino que serán trasladados a centres de servicios sociales que se harán cargo temporalmente de su custodia.

Hasta ahora, las familias pendientes de una deportación o de una solicitud de asilo son dejadas en libertad rápidamente y se les permite quedarse en EEUU hasta que sus casos son resueltos. Una política que ya ha sido rechazada por Trump, que ha pedido acabar con este sistema de "detenido y liberado" mediante el cual a los inmigrantes que entran ilegalmente a EEUU se les permite, tras una breve detención, vivir en EEUU mientras se tramitan sus procesos.

Dos de las fuentes citadas por Reuters tuvieron conocimiento de esta nueva medida el pasado 2 de febrero en el marco de un encuentro de funcionarios que trabajan en temas de asilo con el jefe de los servicios de asilo e inmigración John Lafferty. La tercera fuente citada por Reuters apunta que todavía no hay una decisión firme sobre este giro en la política migratoria. El departamento de Seguridad Nacional y la Casa Blanca han declinado hacer comentarios sobre el tema.

54.000 NIÑOS EN CUATRO MESES

Entre el 1 de octubre del 2016 y el 31 de enero del 2017, un total de 54.000 niños y sus madres y/o padres fueron detenidos cuando intentaban entrar en EEUU, más del doble que en el mismo periodo del año anterior. Los republicanos en el Congreso han denunciado que las mujeres se arriesgan a emprender el peligroso viaje desde Centroamérica con sus hijos porque saben que una vez entren en EEUU, los agentes de inmigración las dejarán en libertad hasta que se resuelvan sus casos, trámites que se pueden alargar años.

Desde las entidades de defensa de los derechos humanos reclaman que estas madres deberían obtener el estatus de asiladas dado que es la violencia y la pobreza lo que las fuerza a intentar emigrar a EEUU.

CONSIDERACIONES LEGALES

La propuesta de separar a madres e hijos ya ha recibido críticas legales y éticas. Aplicar esta política "podría crear traumas psicológicos de por mida", advierte Marielena Hincapie, directora ejecutiva del Centro de Derecho de Inmigración. "Especialmente para los niños, que vienen de finalizar un peligroso viaje por Centroamérica", añade. Hincapie augura que si esta medida sale adelante, la Administración de Trump se verá con toda probabilidad enfrentada a demandas legales basadas en el derecho de familia.

La medida de Trump se apoya en una orden del pasado julio del tribunal de apelación número 9 que dictamina que los niños inmigrantes deben ser puestos en libertad lo antes posible, pero no requiere que los padres también sean liberados. Para cumplir con esa orden, la Administración de Barack Obama implementó una medida por la que madres e hijos esperan juntos en centros de detención para familias, donde no pasan más de 21 días antes de ser liberados.

Retener a las madres durante un tiempo prolongado afectará las arcas del Gobierno, advierte por su parte Randy Capps, del Instituto de Política Migratoria, una oenegé con sede en Washington. "Si se aplica esta medidad, habrá un rápido incremento de personas detenidas. El tema es cuántas personas detenidas te puedes permitir", apunta Capps.