No habría pasado de ser un gran golpe cometido en un lujoso palacete de estilo florentino en el barrio de La Madeleine de París si la propietaria del botín de casi diez millones de euros en joyas hubiera sido una perfecta desconocida. Pero al tratarse de Kim Kardashian, la noticia ha corrido como la pólvora.

Tampoco habría desatado demasiada pasión política si Francia no estuviera sumida en una precampaña electoral donde la seguridad es uno de los temas dominantes de la agenda. Ni si el suceso careciera de impacto sobre la imagen del país en un contexto marcado por una ola de atentados que ha dejado secuelas en el sector turístico.

París sigue siendo el primer destino turístico mundial, pero el número de visitantes ha caído un 6,4% en el primer semestre del 2016 a pesar de la celebración de la Eurocopa de Fútbol, según datos del gabinete KPMG citados por ‘Le Figaro’.

Cifras que preocupan a la alcaldesa de la capital, la socialista Anne Hidalgo, que el pasado 22 de septiembre, durante la presentación de un vídeo promocional de París reveló que la tasa de ocupación hotelera había descendido un 10% en la primera mitad del año. El comité regional de turismo de la región parisina estima que el coste ha sido de 1.000 millones de euros desde el pasado enero.

Con este telón de fondo, la candidata a las primarias de la derecha, Nathalie Kosciusko-Morizet, también líder de la oposición en la alcaldía de París, cree que el asunto Kardashian no es una buena noticia para la imagen de la capital francesa.

MALA PUBLICIDAD

“Lo que le ha pasado está en todas las cadenas de manera constante. ¿Se da cuenta de la anti-publicidad que eso supone? Podemos hacer todas las campañas de publicidad que queramos, que cuestan mucho, pero todas se ven anuladas con lo que le ha pasado a Kim Kardashian”, ha dicho en la emisora Europe 1, donde ha reclamado un plan de urgencia para reforzar de la seguridad de los turistas.

En la misma línea se ha expresado el vicepresidente del Frente Nacional, Florian Philippot, quien ha dicho en su cuenta de Twitter que el turismo pagará “esta inseguridad crónica en Francia”.

Hidalgo ha tardado poco en salir al paso para defender la imagen de París y denunciar las palabras de su rival. “Este acto, muy raro, se ha producido en un espacio privado y no cuestiona en ningún caso la seguridad del espacio público parisino”, ha dicho en un comunicado, en el que muestra su apoyo a la estrella televisiva y le dice que siempre será "bienvenida" en París.

La alcaldesa sostiene que es posible disfrutar del ocio en buenas condiciones de seguridad como ha demostrado el buen desarrollo de la famosa ‘Noche en Blanco’ que ha reunido este fin de semana a más de dos millones de personas en las calles de la capital francesa.

Y ha exigido a los responsables políticos, tanto de derechas como de izquierdas, evitar la polémica para no poner en peligro al sector turístico, que representa 500.000 empleos en la región.

PREOCUPACIÓN DEL SECTOR

La industria turística ha ido encadenando malas noticias desde los atentados de noviembre del 2015. Las duras manifestaciones contra la reforma laboral, las huelgas en los depósitos de carburante y el atentado de Niza del pasado julio proyectan la imagen de un país de riesgo, según señala en ‘Le Figaro’ el presidente de Protourisme, Didier Arino.

Kim Kardashian, que se encontraba en París para asistir a la Semana de la moda, fue agredida en su residencia privada del distrito 8 de la capital por dos individuos que se hicieron pasar por policías e irrumpieron en su habitación poco antes de las 3 de la madrugada.

Uno de ellos empuñaba un arma blanca y, según medios locales, la maniataron y la encerraron en el cuarto de baño antes de robarle dos móviles y joyas por valor de cerca de 10 millones de euros. Aunque en estado de shock, Kardashian resultó indemne. Tras prestar declaración y presentar una denuncia ante la policía se dirigió al aeropuerto de Le Bourget y abandonó Francia.

El palacete donde se produjeron los hechos es un lugar discreto por el que han pasado numerosos famosos, como Leonardo DiCaprio, Madonna o Prince. Se trata de apartamentos de lujo de entre 95 y 350 metros cuadrados con servicio de hotel.