Cada minuto, 24 personas son forzadas a desplazarse en el mundosegún ACNUR. Comúnmente diríamos que todos ellos son refugiados, pero tal y como explica el periodista Agus Morales en su libro 'No somos refugiados' (Ed. Círculo de Tiza), no todos lo son.

¿Todas las personas a las que consideramos refugiados lo son en realidad? No. De los 65 millones de refugiados que cuenta ACNUR, cerca de dos terceras partes no lo son por el simple hecho de que no han llegado a cruzar las fronteras de su país. Aún no existe una palabra para nombrar a los desplazados internos por violencia, que también son un colectivo muy numeroso, y son los grandes olvidados de este discurso. La palabra 'refugiado' es de consumo occidental y se ha ido erosionando hasta el punto de haberlos convertido en el enemigo del siglo XXI.

¿Qué significa que sean 'el enemigo del siglo XXI'? Significa que se ha desvirtuado tanto la palabra que incluso hay personas que rechazan ser identificados con ella. Siempre recuerdo a un empresario sirio con el que me encontré en Lesbos, que inconscientemente me sugirió el título de mi libro; me decía que su fábrica de jabones, en Siria, era más grande que el puerto en el que se encontraba, y que por tanto él no era un refugiado. Este hombre no quería ser metido en el mismo saco en que metemos a esa masa inidentificada a la que en Europa llamamos 'refugiados'.

¿Qué es lo que tienen todas estas personas en común para que las metan en el mismo saco? Básicamente todas han pasado por evento traumático y huyen para sobrevivir. Aunque es cierto que las personas no son solo esa herida por la que las definimos, todos los que huyen de la guerra han vivido situaciones similares de algún modo. Las personas no son solo su dolor, tenemos que aprender a no deshumanizarlos reduciéndolos a eso al hablar de ellos.

¿Qué es lo que se puede hacer para que se sepa que son algo más que una herida? El paternalismo es muy peligroso, no debemos considerarlos a partir de un egoísmo compasivo, porque eso les reduce a ser víctimas. Comúnmente pensamos que debemos darles voz para que se conozca su historia, pero yo creo que lo que realmente hay que hacer es dejarles hablar. Han de ser ellos quienes nos cuenten su historia, pero para ello es necesario tener un debate público de calidad.

Constantemente oímos hablar de refugiados. ¿No tenemos debate público? Sí lo hay, pero necesitamos que sea de más calidad. Para comprender sus historias debemos saber quiénes son, de dónde vienen e incluso qué supone acogerlos aquí. El debate que existe ahora mismo es xenófobo, solo trata de sembrar la incertidumbre para desarrollar rechazo.

¿Cree que el día internacional del refugiado puede ser un buen momento para despertar ese debate? No soy muy propenso a días mundiales, pero si eso sirve para conocer con más detalle sus características, bienvenido sea.

¿Es posible que la gente acabe conociendo de verdad a los refugiados? Desde el 2015 Europa ha empezado a reconocerse en ellos. Y esto se ha dado por el simple hecho de que tenemos niveles de consumo parecidos, es decir, las hambrunas las vemos lejanas, pero la tragedia de un empresario con una trayectoria parecida a la nuestra nos remueve por dentro. Sentirnos identificados con ellos nos puede ayudar a movilizarnos más, porque saber que "podríamos ser nosotros" nos crea un sentimiento de culpa si no hacemos nada.

¿Los que deberían actuar no son los gobiernos? Deberían, pero la voluntad política falla mucho, y Alemania ha sido el único país europeo que ha tenido sentido histórico y ha decidido actuar. Canadá es otro buen ejemplo, es de los pocos que ofrecen ayuda activa, y con ello de los pocos que están realmente dispuestos a actuar.

¿Qué hay de los pactos en la Unión Europea para dar asilo? El sistema de asilo internacional es un fracaso absoluto. Aunque se ha criticado mucho a la Unión Europea como conjunto, gran parte de la culpa la tienen los propios estados miembros, cada uno con un Gobierno y una línea política distintos. Hay gobernantes en Europa que se han ganado al electorado con promesas de no dejar entrar refugiados, ¿Cómo va avanzar la UE así?

¿Por qué ha fracasado el sistema de asilo internacional? Porque desde el final de la guerra fría no hemos dejado de construir muros y no hacen más que aparecer más y más cada día. El problema de nuestro mundo no es que triunfe la guerra, sino que fracasa la paz. Sin ir más lejos, la frontera más mortífera del mundo está aquí, en el mar Mediterráneo. Si los que huyen tuvieran posibilidades de salir de sus países en guerra a través de vías seguras no se jugarían la vida haciéndolo de forma irregular. En sus países corren peligro, así que sabiendo que conseguir asilo es muy difícil, si no casi imposible, deciden jugársela.