En todo el mundo se conoce como el modelo Riace, gracias al alcalde de esta localidad italiana, Domenico Lucano, conocido como Mimmo y reelegido ya dos veces como independiente. Es un perito químico de 60 años al que acusan de favorecer la inmigración clandestina y de abuso de poder.

La magistratura le ha condenado a arresto domiciliar y después le ha ordenado alejarse del pueblo. En un documento de 20 páginas, el vicepresidente y ministro del Interior, Matteo Salvini, ha instado a que todos los "extranjeros" se vayan del pueblo en 60 días. En un post del ministro había incluido el video de un mafioso, exteniente de alcalde de Riace.

El pueblo ha sido eliminado del programa para refugiados y un sumario intenta esclarecer, en la ensangrentada tierra de la Ndrangheta, la mafia de Calabria, si el alcalde ha cometido irregularidades en la administración de los fondos para refugiados. No para embolsárselos, sino porque el banco de datos tiene fallos y algunos de los 200 migrantes podrían haber sido contratados irregularmente. Una inspección del Gobierno demolió el modelo, mientras que la segunda lo alabó.

En el 2016 la revista Fortune colocó a Lucano entre los 50 líderes más importantes del mundo. En el 2017 la ciudad alemana de Dresde le dió un premio. Los Angeles Times le ha dedicado una página entera. Riace forma parte de la red mundial de municipios solidarios. Wim Wenders realizó un cortometraje, El vuelo, inspirándose en su persona. La City Mayors Foundations le clasificó como tercer mejor alcalde del mundo (2010).

RESURRECCIÓN

Todo empezó en una madrugada de 1998, en una playa calabresa, donde apareció un barco cargado con unos 500 kurdos que huían de su país. La actujal controversia migratoria aún no existía. Los aproximadamente 2.000 habitantes ancianos del pueblo --porque los jóvenes habían emigrado a Alemania para trabajar-- quedaron atónitos, así como los kurdos. El alcalde y los habitantes veteranos tomaron la decisión de telefonear a sus hijos para saber si les podían ceder las casas abandonadas. Con su visto bueno, abrieron las puertas. Al inicio, los kurdos se encerraban por dos y tres días, mientras los lugareños les dejaban comida y agua en los umbrales, hasta que se fue normalizando la situación.

En su versión actual, el modelo Riace había reverdecido gracias a los fondos públicos y europeos, hipotecas y ayudas privadas. Por esta localidad han pasado 6.000 inmigrados. Se han abierto talleres de tejedores y de vidrio, se han resucitado oficios abandonados, restaurado casas, reabierto la escuela, organizado la recogida de basura del pueblo con la ayuda de dos asnos. "El pueblo ha resucitado", dicen los habitantes, los mismos que cuando la magistratura ordenó el arresto domiciliar del alcalde se echaron a la calle. Acudieron de toda Italia y al final fueron 6.000 personas. Riace no se arresta, decían las pancartas, en una movilización del todo inédita en Calabria.