Niccolo Falomi, de Florencia, se ha convertido en el primer "alcalde nocturno" de una gran ciudad de Italia, una figura que ya funciona desde hace años en Ámsterdam y que cumple la función de nexo entre los comerciantes de la noche, los vecinos y la municipalidad. "No se trata de prohibir, sino de potenciar eventos en las plazas y autorizar más mesas en la calle a aquellos locales que dispongan de una persona que vaya recordando las reglas y conductas" a los clientes, dice Falomi.

En Bolonia se ha creado una entidad que lleva a cabo la misma función y que está formada por un funcionario municipal, representantes de los vecinos y miembros de una asociación que agrupa a 40 locales nocturnos de la ciudad. Entre todos, adoptan decisiones consensuadas que permiten la convivencia entre los que participan de la noche y aquellos que desean el máximo silencio para descansar.

En Génova, por su lado, Elena Fiorini, consejera para la legalidad y los derechos de los genoveses, es la promotora de lo que ha definido como “el difícil equilibrio” entre quienes por la mañana tienen que levantarse para ir a trabajar y los que se retiran a las cinco o más allá de la madrugada, en unos barrios donde de noche se consume hasta el 20% más de alcohol que en otras zonas de la ciudad.

“La vida nocturna debe permanecer y ser creativa sin ser molesta, por eso trabajamos y damos incentivos para que se promuevan iniciativas de calidad en ámbito cultural y de decoro urbano”, explica Fiorini.

PROGRAMAS ELECTORALES

Para las próximas elecciones municipales de junio, son numerosos los candidatos que en sus programas electorales ya han introducido la figura de "alcalde nocturno": Turín, Roma, Milán, Génova y Bari. “Hay que construir una relación entre los varios sujetos de las noches urbanas, porque es la única manera de reducir la conflictividad”, explica al diario La Repubblica el sociólogo Cristopher Cepernich.

En el norte y sur de Venecia, zona de una alta densidad turística, todos los municipios ya tienen su particular "alcalde nocturno". Los únicos que han manifestado alguna contrariedad son los hoteleros. “Si hay un alcalde capaz, no es necesaria otra figura”, argumentan.

Los quebraderos de cabeza que generan cada día los ruidos nocturnos en las grandes ciudades obligan a los propietarios a colgar en las paredes de sus locales carteles que invitan a “guardar silencio para respetar el descanso de los vecinos”. También son frecuentes los “shisssst” de los vecinos a los jóvenes que salen a beber en medio de la calle.

En Italia no suele ser habitual el botellón, aunque los efectos de lajuerga de noche son similares. Durante las madrugadas, las brigadas de limpieza urbana se dedican a limpiar las calles de botellas vacías,orines y demás. Además, son numerosas las llamadas nocturnas de los vecinos que denuncian la insoportable aglomeración de jóvenes debajo de sus ventanas.

PATEAR LAS CALLES

Para la escritora Laura Montanari, el "alcalde nocturno" es “un gobernador de la noche, un especialista que debe conocer de verdad la noche, que se desplace por las calles, calibrando las dosis de diversión, cultura, decibelios y sueño”.

“No hay que imaginarlo como un guarda urbano que dirige el tráfico de la movida, sino como un consejero con facultad para intervenir sobre distintos aspectos que van desde los horarios de los transportes, la seguridad en los conciertos y también para potenciar las iniciativas culturales, ya que la noche constituye un elemento fuerte de identidad, una atracción”, concluye Francesca Balzani, subteniente alcalde de Milán.