El número de inmigrantes que se concentra en el campamento ubicado en las afueras del puerto francés de Calais, conocido como "la jungla", llegará a 10.000 a comienzos de septiembre, según el sindicato mayoritario de la policía, que advierte de que la situación está fuera de control.

"Le Figaro" reveló hoy el contenido de una nota de dicho sindicato, Alliance, en la que se indica que para comienzos del próximo mes se espera que se alcance esa cifra de inmigrantes, lo que supera con creces la de 9.000 que habían calculado las organizaciones humanitarias.

La prefectura (delegación del Gobierno) había señalado hace una decena de días que, según el censo que hizo con fecha del 17 de agosto, en el campamento había 6.901 personas, es decir 2.415 más que en el anterior recuento del 13 de junio.

De acuerdo con la prefectura, el anterior pico se había constatado en octubre de 2015, con 6.000 inmigrantes.

En los meses siguientes, ese número bajó hasta 3.500 por las diversas medidas tomadas por el Gobierno, como el desmantelamiento de una parte de "la jungla" (las excavadoras destruyeron una parte de las chabolas) y el alojamiento de muchos de los que allí vivían en centros de acogida distribuidos por toda Francia.

Pero la situación se ha invertido en los últimos meses con la llegada de miles de personas que acuden a la región de Calais para intentar pasar de forma clandestina al Reino Unido con los ferris o con los trenes que pasan por el túnel bajo el Canal de la Mancha.

Si al campamento de Calais se añade el de Grande-Synthe, cerca de Dunkerque, y otros en diferentes localidades de la costa, son al menos 12.000 los inmigrantes que esperan en esa parte de Francia poder cruzar a Inglaterra, de acuerdo con "Le Figaro".

El secretario general de Alliance, Jean-Claude Delage, advirtió en una entrevista al diario que "pronto habrá tanta gente en 'la jungla' que cada día que pasa hace más peligrosa una evacuación masiva".

El sindicato alertó de que "el campamento no está controlado en absoluto", es un espacio al margen de la ley y donde los agentes no pueden entrar de noche.

Ha habido dos muertes por peleas desde finales de julio, la última en la noche del 23 y 24 de agosto, cuando se enfrentaron unos 400 afganos con 400 sudaneses, según el relato policial.

Para Delage, "la policía francesa no podrá aguantar mucho tiempo, teniendo en cuenta la presión en Calais. Hay que salir de este avispero con un arreglo político".

En concreto, pide una revisión de los acuerdos franco-británicos que establecen que el control de la inmigración de la frontera común se hace en territorio francés.

El sindicalista estimó que "hay que vaciar esta 'jungla' y dejar de agotar a los efectivos policiales en misiones de vigilancia".