El acuerdo comercial sellado por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Jucker, y el presidente estadounidense, Donald Trump, para paralizar la imposición de aranceles en bienes industriales ha sido un alivio para Bruselas y Berlín. Tras meses de tensión con Washington que abrían la puerta a una peligrosa guerra comercial entre aliados, el pacto pone un parche a la maltrecha relación transatlántica al menos de cara al verano.

En Alemania, el Gobierno federal no ha tardado en celebrar el alto al fuego. "Es una buena noticia para la economía global y para nuestros empleos”, ha señalado el ministro de Economía y Energía, Peter Altmaier. "Si conseguimos reducir las tarifas industriales al 0%, la industria alemana saldrá beneficiada". La líder socialdemócrata, Andrea Nahles, también ha aplaudido el acuerdo, mientras que Los Verdes han advertido de que tan solo es un "espacio para respirar".

Alivio para el motor

La tregua en la política proteccionista de Trump beneficia especialmente al sector automovilístico, emblema y pilar de las poderosas exportaciones alemanas, que verá como se congela la amenaza de aplicar aranceles del 20% a los vehículos europeos mientras duran las negociaciones. En éstas hablarán de la eliminación de barreras comerciales en productos industriales, pero no del motor.

Marcel Fratzscher, director del Instituto Alemán de Investigación Económica, ha alertado de que es una "victoria simbólica" en la que "no se ha solucionado nada" y teme que en las negociaciones sobre el sector automovilístico, que va por separado, Trump pueda utilizar la amenaza de aranceles para condicionar las otras negociaciones. Los expertos piensan que se podría llegar a una versión descafeinada del TTIP, el acuerdo de libre comercio transatlántico impulsado por Barack Obama, que no llegó a buen puerto.

Si bien es cierto que el abultado superávit alemán rompe las normas europeas, Trump ha utilizado reiteradamente los vehículos como ataque a la cancillera, Angela Merkel, con quien mantiene una más que tensa relación. Fuentes diplomáticas apuntaron incluso a que el magnate aseguró al presidente francés, Emmanuel Macron, que mantendría su política comercial "hasta que no haya modelos Mercedes en la Quinta Avenida en Nueva York". El acuerdo con Jucker evita dar otro paso al borde de una guerra comercial. De momento.