El auge de la ultraderecha y de su retórica xenófoba en Alemaniaempieza a notarse en las acciones del Gobierno. El ministro del Interior, Thomas de Maizière, ha asegurado este lunes que estudia la creación de una ley que sancione a los refugiados que no se integren en el país y que abra la puerta a retirar el permiso de residencia permanente. “Aquellos que se nieguen a aprender alemán, que no permitan a sus mujeres e hijas integrarse y que rechacen ofertas de trabajo no podrán acceder al permiso de residencia ilimitado después de tres años”, ha sentenciado en el canal televisivo ARD.

Dentro del plan también se propone que los refugiados vivan en las residencias asignadas por el Gobierno y no donde quieran para evitar que se formen guetos y zonas marginales en las que tan sólo convivan exiliados. El Ejecutivo decidirá en mayo si la propuesta se traduce en ley.

La propuesta de ley escenifica las primeras reacciones políticas del gobierno encabezado por la canciller Angela Merkel después del duro revés que sufrieron los dos partidos de la coalición por su apertura de puertas a los refugiados. De Maizière, que forma parte de la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU), ha remarcado que con esta iniciativa se pretende “establecer un puente exitoso entre laintegración y la duración del permiso de residencia en Alemania”.

El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), socios del gobierno deBerlín, también sufrió un importante varapalo en las últimas elecciones y eso le ha llevado a aceptar un endurecimiento de las políticas migratorias. El vicecanciller y líder de los socialdemócratas,Sigmar Gabriel, ha dado la bienvenida a la medida. “No solo debemos promover la integración sino exigirla”, ha asegurado en declaraciones al diario Bild.

El partido populista y xenófobo Alternativa para Alemania (AfD) ya se ha atribuido la decisión de De Maizière como una victoria. En loscomicios regionales que se celebraron el pasado 13 de marzo de tres länder alemanes la formación obtuvo unos grandes resultados y certificó que la retórica beligerante contra los refugiados tiene cada vez más aceptación en Alemania.