El exministro principal de Escocia Alex Salmond recogió este martes en Bruselas el primer premio del centro Maurits Coppieters por su “dedicación y promoción del derecho de Escocia a redefinir su futuro político europeo en la familia de naciones europea”. El galardón llega en un momento clave. A las puertas del 'brexit' y con un creciente populismo que amenaza con arrastrar a media Europa. En este contexto, advierte que activar a finales de marzo el artículo 50 del Tratado que pone en marcha el proceso de salida de Reino Unido sería un suicidio -"debilitaría la posición negociadora de Londres", dice- y pide, tras entrevistarse con Jean-Claude Juncker, que Europa se sume a la causa escocesa.

-Es diputado en Westminster en un momento crucial. El Partido Nacionalista Escocés (SNP) tiene 56 escaños. ¿Es un momento de especial confrontación? -Vamos hacia un gran choque porque la nueva primer ministra, Theresa May, nos quiere sacar de la Unión Europea y el SNP está igual de determinado a mantenernos dentro. Así que es una forma segura de ir hacia un conflicto constitucional. La primera ministra debería acostumbrarse a que no va a lograr las cosas a su manera.

-¿Les preocupa la falta de estrategia del Gobierno británico? Da la sensación de que no están preparados. -Lo parece porque es cierto, al contrario que Nicola Sturgeon [actual ministra principal de Escocia]. Tienen varias estrategias contradictorias entre los miembros del Gobierno y eso les coloca en una mala posición. Hasta el punto de que nadie cree seriamente que están en una posición de saber exactamente cuál es la política a seguir.

-Da la sensación de que Escocia tiene dos opciones: o independizarse o seguir en el Reino Unido y salir de la UE. ¿Ve otras alternativas? -Sí, y lo verán en las próximas semanas, cuando Nicola Sturgeon presente una estrategia que dice que podemos honrar nuestros compromisos con los electores escoceses dando un tratamiento especial a Escocia. El Gobierno del Reino Unido va a tener que conceder un estatus especial a Gibraltar, las islas del Canal, Irlanda del Norte. ¿Por qué no dar un tratamiento especial para la nación de Escocia?

-¿Qué tipo de estatus? -Que Escocia siga formando parte del mercado interior, garantizar que todos los europeos son tratados de forma igualitaria y proteger los derechos de los trabajadores escoceses de forma que estén cubiertos por la legislación europea y mantener la protección social. Estas son las tres prioridades políticas que ha mencionado Nicola Sturgeon.

-¿Es legalmente posible esta diferenciación para Escocia? -Sí, claro. Es cuestión de voluntad política. Para ser miembro de la Unión Europea, Escocia tiene que convertirse en un país independiente, pero para ser miembro del espacio económico europeo no hace falta. Por ejemplo, Hong Kong no es un país independiente, pero sí participa en acuerdos internacionales, o las islas Feroe, que han solicitado su inforporación a la asociación europea de libre comercio (EFTA) pese a que son parte del territorio soberano de Dinamarca. Hay muchos ejemplos en la legislación internacional. Para ser un Estado, no un Estado soberano, tienes que creerte que eres un Estado o tener una autoridad judicial separada. Con voluntad política hay espacio para que Escocia tenga un estatus diferenciado en el contexto europeo.

-Da la sensación de que no hay mucho apetito por un segundo referéndum en Escocia. ¿Han cambiado de idea? -No. Nicola Sturgeon ha dicho muy claramente que si el Gobierno británico rechaza aceptar el estatus especial de Escocia en la UE, si dicen 'no nos interesa lo que los escoceses piensan, ven o quieren', el referéndum de independencia será muy probable en los próximos dos años.

-Así que vista la primera experiencia no hay temor a un segundo referéndum. -Cuando convoqué el referéndum, empezamos con un apoyo del 28% a la independencia y terminamos con un 45%. No creo que Nicola Sturgeon tuviera ningún problema en convocar otro.

-En Cataluña se vive una judicialización del llamado proceso catalán. El viernes la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, tendrá que comparecer en el tribunal por desobediencia. ¿Algo está fallando en España? -Obviamente, tengo simpatía por los movimientos democráticos en el continente y creo que las autoridades europeas deberían ser más comprensivas, porque si la gente es proeuropea o progresista, Europa debería apoyarles. Pero no quiero entrar en los asuntos internos de otros estados.