Theresa May ha declarado la guerra a los mismos diputados que debe convencer para que voten su plan del brexit, rechazado ya en dos ocasiones. Su estrategia de provocar a los que necesita no parece muy prometedora. En la alocución al país la noche del miércoles, May acusó a los miembros de la Cámara de los Comunes de ser los culpables de la crisis. Un discurso alentando la confrontación de la ciudadanía contra el Parlamento, que recuerda el estilo de Donald Trump. «Estoy a vuestro lado», les dijo a los británicos desde la residencia oficial de Downing Street.

La provocación de May desató la ira de los diputados. El presidente de los Comunes, el speaker John Bercow, defendió el derecho de los elegidos en las urnas a votar según sus principios. «Nadie es un traidor. Todos están haciendo lo que consideran lo mejor. Creo ardorosamente en la institución parlamentaria, en los derechos y las pasiones de los miembros de esta Cámara y en el compromiso con su tarea», afirmó.

Un conservador, Sam Gyi- math, que formó parte del Gobierno, denunció el mensaje «tóxico de May», a la que acusó de «intento de chantaje». Es un golpe bajo», afirmó. «La democracia sale perdiendo cuando una primera ministra se dirige a la Cámara de los Comunes y critica a los diputados que están haciendo su trabajo». Anna Soubry, que dejó los tories para unirse al Grupo Independiente, condenó «la más deshonesta y conflictiva declaración de una primera ministra».

El actual bloqueo del Parlamento es culpa, dice Soubry, de la premier. «Nunca ha llegado a crear un compromiso con el 48% (que voto por la permanencia) y con otros partidos. Puso sus propias líneas rojas desde el principio. Ha fallado a todos».

El diputado laborista Wes Streeting acusó a May de atizar las bajas pasiones contra los diputados, que con mayor frecuencia reciben amenazas de muerte. «Su discurso fue incendiario e irresponsable. Si sufrimos algún tipo de año, ella tendrá que aceptar su parte de responsabilidad». La intervención de May fue un error de cálculo, con el que se ha puesto en contra a aliados y enemigos. La situación se ha agravado y será muy difícil que pueda superar la próxima semana una tercera votación para su acuerdo.

Nueva iniciativa

Y si la primera ministra pretendía congraciarse con la ciudadanía, tampoco parece haberlo conseguido. Una petición lanzada ayer en la página del Gobierno británico pidiendo que se revoque el Artículo 50 y se renuncie al brexit ha tenido un éxito vertiginoso. En pocas horas la iniciativa había superado el millón de firmas. La petición fue idea de la británica Margaret Anne Georgiadou, para quien «es ahora o nunca». Los proeuropeos, como ella, han sido «reducidos al silencio e ignorados», explicó a la BBC.