A pesar de que la alta contaminación es un fenómeno habitual cada año en Teherán cuando llega el otoño y el invierno, los índices este año han hecho sonar todas las alarmas, no solo en la capital sino también en otras ciudades del país. Además se ha registrado este jueves otro terremoto en el país, esta vez en la región de Koubandan, al sudeste, de 5,2 grados en la escala de Richter. Hace apenas 24 horas se produjo otro seismo en la región de Teherñan, que provocó dos muertos y 120 heridos.

La alta polución ha provocado el aumento en los ingresos en hospitales por problemas respiratorios e incluso las autoridades han resuelto cerrar desde el pasado lunes los colegios y guardería de Teherán, Isfahán y Tabriz. "Tenemos que rezar para que soplen vientos. No es posible vivir sin automóviles y combustible", ha dicho el presidente de la Organización del Medio Ambiente, Isa Kalantari. El parque automovilístico de Teherán supera en seis veces su capacidad, que se estima en cerca de 80.000 vehículos.

Circulación por matrículas

Para reducir la contaminación, las autoridades iraníes anunciaron el lunes que los automóviles solo se permiten en las carreteras en días alternos, dependiendo de sus matrículas. Las fábricas de cemento y minas se han cerrado en la provincia de Teherán, que concentra casi la mitad de todas las industrias del país. También han limitado todavía más la entrada de vehículos en la zona restringida a la circulación del centro de la capital.

Teherán ha estado experimentando un nivel alarmante de contaminación atmosférica desde el domingo, pero a pesar de la reducción del tráfico, se ha mantenido alta en la ciudad, que se extiende al pie de la cordillera del Alborz, con las montañas más altas de Oriente Próximo.