La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) ha acusado a los gobiernos de la Unión Europea (UE) de ser "complices, a sabiendas, de tortura y abusos cometidos contra decenas de miles de personas refugiadas y migrantes detenidas en condiciones atroces en Libia por las autoridades de inmigración libias".

En un informe publicado este martes, bajo el título de "La oscura red de colusión de Libia", Amnistía expone con detalle la forma en que "los gobiernos europeos apoyan de forma activa el sofisticado sistema de abusos y explotación" de refugiados e inmigrantes utilizado por la Guardia Costera libia, las autoridades encargadas de la detención y los traficantes de personas, para impedir que dichas personas crucen el Mediterráneo.

"Cientos de miles de personas refugiadas y migrantes atrapadas en Libia están a merced de las autoridades libias, las milicias, los grupos armados y los traficantes de personas que a menudo trabajan en estrecha colaboración para obtener beneficios económicos. Decenas de miles de personas permanecen recluidas indefinidamente en centros de detención llenos a rebosar donde sufren abusos sistemáticos", ha manifestado John Dalhuisen, director de Amnistía Internacional para Europa.

Cerrar la ruta migratoria

Según AI, desde finales del 2016, "algunos estados miembros de la UE, especialmente Italia, han puesto en práctica una serie de medidas destinadas a cerrar la ruta migratoria a través de Libia y del Mediterráneo central, sin apenas importarles las consecuencias para las personas atrapadas dentro de las fronteras libias, donde no existe la ley". El informe subraya que la cooperación de estos estados con los agentes libios ha tenido un triple enfoque.

En primer lugar, los países de la UE "se han comprometido a proporcional apoyo y asistencia técnica al Departamento de Lucha contra la Migración Ilegal libio, que gestiona los centros de detención" en los que refugiados e inmigrantes "son detenidos de forma arbitraria e indefinida y padecen habitualmente graves violaciones de los derechos humanos, incluida la tortura".

En segundo lugar, dichos países europeos "han posibilitado que la Guardia Costera libia intercepte personas en el mar, proporcionando formación, material (incluidos barcos) y asistencia tanto técnica como de otro tipo".

En tercer lugar, "han conseguido acuerdos con las autoridades locales libias y los líderes de tribus y grupos armados para animarlos a frenar el tráfico de personas e incrementar los controles fronterizos en el sur del país".