El Ayuntamiento de Ámsterdam está planeando prohibir a los turistas comprar cannabis en las conocidas como “coffeeshops” de la ciudad. Con esta medida, la alcaldesa Femke Halsema pretende reducir el consumo de cannabis como atracción turística y, al mismo tiempo, tomar medidas contra la cadena de tráfico ilegal de drogas, según informan medios locales.

El cambio normativo se plantea después de que un informe estadístico publicado por el propio Ayuntamiento determinara que la gran mayoría de turistas visitan la capital holandesa por el cannabis, los burdeles del barrio rojo y los vuelos económicos.

1.161 TURISTAS ENTREVISTADOS

El estudio, realizado a un total de 1.161 turistas extranjeros entre 18 y 35 años, descubrió que las “coffesshops” son un factor muy importante en la decisión de viajar a la ciudad, ya que dos tercios de los encuestados afirmaron visitarlas para el consumo de cannabis. Además, el estudio ha mostrado que la mayoría de turistas entrevistados perderían interés en visitar Ámsterdam si tuvieran que pagar para visitar el distrito rojo o si sólo los residentes de la ciudad pudieran entrar en las cafeterías “coffeeshop”.

La prohibición de la compra de cannabis a los turistas es una de las soluciones que ofrece Halsema, elegida en 2018, para resolver el problema de la masificación del centro de la ciudad y sobretodo, del conocido como barrio rojo. La alcaldesa ha considero esta decisión de reducir la cantidad de cafeterías de este tipo en una carta dirigida al Consejo de la ciudad.

UN 22% DE LOS TURISTAS SEGUIRÍAN CONSUMIENDO

El estudio, realizado por el departamento holandés de Investigación, Informática y Estadísticas sentenció que con la implementación de esta política el total de turismo disminuiría. Asimismo, denotó que de los turistas que seguirían visitando la ciudad, el 40% se abstendría de consumir cannabis, aunque un 22% afirmó que buscaría otra forma de poder comprarlo.

El gobierno de la ciudad también ha anunciado recientemente la prohibición de las visitas guiadas al distrito de luz roja en un intento por acabar con el turismo excesivo y proteger a los trabajadores en el distrito rojo, considerado un imán para los visitantes problemáticos.