Andrzej Duda tiene 48 años, es doctor en Derecho, está casado con una profesora de alemán y es padre de una hijo. El actual presidente polaco es un profundo defensor de los programas sociales introducidos por su partido, el PiS. Durante la campaña ha prometido más medidas sociales como la 500+, una subvención a las familias de 500 eslotis mensuales (más de 100 euros) por cada uno de sus hijos.

Duda rechaza estrictamente cualquier tipo de unión o pareja de hecho entre personas del mismo sexo y habla de la "ideología LGTBI" para calificar de manera despectiva a los activistas que lucha por igualdad de derechos entre diferentes opciones sexuales. No ha dudado en endurecer su tono los últimos días de campaña electoral para asegurar una reelección que se daba por hecha hace tan solo unos meses, cuando la excandidata presidencial de la opositora Plataforma Cívica se retiró de la carrera a causa de su pobre intención de voto.

Su insuficiente victoria en primera vuelta (con casi el 44% de los votos) le ha obligado a ofrecer su discurso más duro contra la comunidad LGTBI. De sus integrantes llegó a decir que son una ideología, pero no personas en un intento de convencer a los votantes del partido ultraderechista Confederación.

Trayectoria fulgurante

Duda ha hecho carrera a la sombra de los poderosos gemelos y líderes del PiS, Jaroslaw y Lech Kaczynski, este último fallecido en un accidente de avión en Smolensk en 2010. El candidato conservador trabajó durante varios años en el equipo de Lech Kaczynski cuando este era presidente de Polonia. Tras la muerte de Lech, se sumó al equipo de su hermano Jaroslaw, entonces europarlamentario y hoy todavía presidente del PiS. El partido lo presentó como candidato a la presidencia de la república cuando todavía era un perfecto desconocido en la política polaca, y ganó las elecciones por sorpresa en 2015.

Durante lo últimos cinco años apenas ha hecho uso del veto al que el presidente de Polonia tiene derecho para frenar leyes que considere contrarias al orden constitucional. Sus enemigos lo llaman despectivamente el bolígrafo de Kaczynski.