Menos de 2.000 personas se han manifestado este sábado en una "marcha para la liberación" en la plaza de San Juan de Letrán de Roma, contra el "lavado de cerebro" sobre la pandemia, supuestamente realizado por las autoridades. Habían previsto de ser unos 3.000.

Con gritos de "vendidos", dirigidos a los informadores y de "libertad" hacia la policía, los manifestantes han explicado que no son "no mask, sino soberanistas", que la "pandemia no existe", que "el Estado no puede imponer nada a nadie" y que "esta es una dictadura sanitaria". Un centenar de negacionistas y neofascistas se habían manifestado poco antes en otra plaza de Roma.

Una abogada subida al palco, explicó que si eran tan pocos "en lugar de estar aquí, hoy, 64 millones de italianos, es debido al gran lavado de cerebro que han efectuado". En referencia a las defunciones causadas por el virus, dijo que "30.000 mil muertos son normales, cada año muere este numero a causa de la gripe".

"La ley lo impone"

Uno de los organizadores distribuía octavillas requiriendo que los manifestantes que usasen la mascarilla "porque lo impone la ley", después de que la policía hubiese advertido que habrían detenido a quienes no la llevaran . "La ley las impone, pero vosotros haced lo que queráis", les decía. Los agentes se llevaron a dos manifestante sin mascarilla y sus compañeros insultaron a los fotógrafos y empujaron las cámaras de televisión. "Vergüenza, arrestadnos a todos", gritaba la plaza.

"No llevo mascarilla porque es sinónimo de subordinación, lo único que temo es la pérdida de la libertad", afirmaba un manifestante. "No quiero la dictadura", añadía otro, al lado de un tercero que distribuía propaganda de una funeraria. La mascarilla nos obliga a respirar nuestro dióxido de carbono", explicaba un técnico deportivo. "Usan el miedo para controlarnos", rezaba una pancarta.

Aumento de contagios

La diputada de la derecha Sara Cunial anunció su llegada a la plaza y la acriz Rosita Celentano también. El actor Enrico Montesano causó baja. Mientras, el jefe del Gobierno, Giuseppe Conte, convocaba a ministros y jefes de los grupos parlamentarios para decidir nuevas medidas, ante el aumento de contagios: con 5.372 nuevos casos y 28 muertos el viernes.

"Hay que reaccionar inmediatamente para impedir medidas todavía más drásticas", advertía el ministro de Salud, Roberto Speranza. Entre las que se barajan está el cierre anticipado de los bares, la prohibición de estacionar frente a ellos para tomar algo y la reducción del número de participantes a bodas, funerales, bautizos, comuniones y toda suerte de ceremonias. "Estamos en un cambio de fase", constató el comité científico que asesora al Gobierno.