"Estamos haciendo todo lo que tenemos que hacer, no el Gobierno sino la sociedad", dijo en la noche del domingo el presidente Alberto Fernández al anunciar la extensión de la cuarentena en todo el territorio argentino hasta el 13 de abril. Fernández decidió el "aislamiento social, preventivo y obligatorio" que había comenzado el 20 de marzo después de tener una teleconferencia con todos los gobernadores provinciales. Lo hizo tras una jornada en la que se conocieron 75 nuevos contagios de coronavirus. La cifra de infectados llega a 820. El ministro de Salud, Ginés González García, dijo que a partir de ahora es posible que el número de casos se amplíe porque el país cuenta con 35.000 nuevos reactivos para identificar la enfermedad. Por el momento han fallecido 20 personas.

Para Fernández, las restricciones permitirán "seguir controlando la transmisión" del covid-19. "Todos los datos dicen que el virus completa su ciclo en el organismo humano entre el día 10 y el día 14. Prolongando la cuarentena vamos a haber logrado que el ciclo de desarrollo del virus en el cuerpo humanos se cumpla hasta dos veces", explicó.

El presidente, cuya popularidad ha subido de manera considerable por su liderazgo frente a la crisis, alertó a la población que "queda mucho por delante y no tenemos garantizado ningún resultado". La única certeza que tienen las autoridades es que, "si cumplimos con ciertas cosas, el dolor será menor".

Despidos

En medio de la cuarentena, Techint, una de las empresas más poderosas del país, dedicada a la construcción y otros rubros, decidió despedir 1500 trabajadores. "Así como voy a ser muy duro con quien viola los precios máximos o especula con los precios, voy a ser duro también con los que despiden gente", advirtió, amparándose en el papa Francisco, para quien no es posible "en semejante crisis desamparar a alguien dejándolo sin trabajo".

Entre otras medidas, el Gobierno ha decretado el congelamiento de los pagos de los alquileres y las hipotecas hasta el próximo 30 de septiembre. También ha ampliado los subsidios a los sectores de menores recursos y en especial a los trabajadores informales, que representan el 40% de la masa laboral y son los más afectados por la cuarentena.