Eliminar la inflación será la cosa más simple que tenga que hacer si soy presidente, aseguraba Mauricio Macri en 2015 durante su campaña electoral. Su confianza se ha derrumbado. Setiembre ha cerrado con una cifra record, del 6,5% y, según estimaciones oficiales, llegará a fines de 2018 al 40%. Pero el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, admitió que todo puede ser peor. Todavía octubre va a ser malo, dijo sobre la escalada de precios, y pidió paciencia a los argentinos. El fantasma de una inflación de 50% lleva temor al Gobierno, señaló el diario Clarín. Los números de Argentina son, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), solo superados por Venezuela (2.818,2%); Sudán del Sur (117,7%); República Democrática del Congo (55%) y Yemen (53,5%).

El mismo FMI pronostica una caída del PIB anual del 2,4%. La crisis es consecuencia de una combinación de factores. Una devaluación de la moneda nacional del 100% respecto del dólar, un déficit de la balanza comercial, que solo en agosto fue de 1127 millones de dólares, una fuga de capitales en tres años de 70.000 millones de dólares y 128.000 millones de deuda externa nueva desde 2015 que dejaron al país sin financiamiento en el mercado internacional de capitales. El Gobierno acudió de urgencia al FMI para evitar que se profundizara la crisis, que en principio llamó tormenta financiera y, un mes atrás, emergencia. Recibió 57.000 millones de dólares a cambio de un ajuste draconiano.

HABITOS DE CONSUMO

La combinación de recesión e inflación está cambiando los hábitos de consumo de buena parte de los argentinos. El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) y el Instituto Proyección Ciudadana detectaron que ha caído un 34% la compra de lácteos, 54% las carnes, 63% las frutas y verduras, 44% las gaseosas, jugos y soda y 69% las salidas y el esparcimiento familiar. Un informe der la Universidad de Avellaneda (Undav) consigna que Argentina se colocó a la cabeza de los países de la región que más incrementaron los precios de los servicios públicos: 2.057% en gas natural, 1.491% en energía eléctrica y de casi un 1.000% en el servicio de agua potable. Los peajes en las carreteras se ajustaron un 677% en peajes y el boleto de transporte colectivo un 332%. Un cuarto de los ingresos salariales se destina al pago de esos servicios. La caída del consumo afecta también a la clase media que votó por Macri. Las automotrices decidieron suspender el Salón del Automóvil ante la fuerte caída de las ventas, de un 24%.

ENCUESTAS PREOCUPANTES

El Gobierno ha tomado nota del malestar social. Una reciente encuesta de la consultora Synopsis le augura más problemas de cara al próximo año electoral. Un 41% calificó la gestión de muy mala, un 13% la ha definida como mal y un 17% considera que es regular. Pero otro número ha generado zozobra. Siempre según Synopsis, una eventual segunda vuelta presidencial entre Macri y Cristina Kirchner sería cabeza a cabeza. Las personas mayores de 50 años se inclinarían por la reelección, mientras que los jóvenes entre 16 y 29 años votarían al kirchnerismo. A pesar de la serie de juicios y procesamientos en su contra por presunta corrupción, la ex mandataria sigue aumentando su popularidad. Sus seguidores sostienen que el año venidero enfrentará a Cristina con Christine (Lagarde), la directora de un FMI con tal incidencia en la dirección de la economía que acaba de abrir su oficina en la misma sede del Banco Central.