El tribunal municipal de la ciudad de Ramenskoye, en las afueras de Moscú, ha ordenado prisión preventiva sin fianza para Stanislav Reshetnikov, un conocido y provocador youtuber, detenido el pasado miércoles tras filmar la muerte de su novia en su canal de YouTube. El internauta había encerrado durante varias horas a la chica en el balcón de su casa casi sin ropa, a una temperatura de varios grados bajo cero, y cuando quiso permitirle de nuevo la entrada, ésta ya se hallaba sin conocimiento.

El encausado ha sido acusado de causar daños corporales de forma deliberada con resultado de muerte, un delito por el que puede ser condenado a hasta 15 años de prisión. En los exámenes realizados, los médicos forenses han constatado también "una lesión craneoencefálica y múltiples hematomas" resultado de "al menos tres golpes propinados en el rostro de la chica". De hecho, numerosos espectadores de la emisión aseguraron haber visto cómo la mujer estaba siendo víctima no solo de una paliza, sino también de "otros actos contrarios a la ley", ha informado el Comité de Investigación local, un órgano equivalente a la fiscalía en España. En las imágenes, se puede observar como Reshetnikov abre la puerta del balcón y arrastra del brazo a la chica, pronunciando tacos, sollozando y luego pidiendo perdón. "Vive, vive", repetía

Conmoción en el país

El caso ha conmocionado al país, en particular después de saberse que no fue Reshetnikov el primero que llamó a la ambulancia, sino los vecinos al ver a una mujer tumbada sobre la nieve y desnuda de cintura para arriba. Además, el propio youtuber continuó con la emisión mientras estaba siendo interrogado por la policía y los paramédicos, quienes no pudieron hacer nada para salvar la vida de víctima y tan solo tuvieron oportunidad de constatar su fallecimiento.

El acusado, de 30 años, cuyo apodo profesional es Reefly, fue filmado en el momento de ser introducido por policías en un coche por el canal Rent-TV, asegurando que la chica había fallecido víctima de una sobredosis y que él, por su parte, no consumía drogas. "Yo no he hecho nada", insistía ante los micrófonos de los periodistas.

La fallecida se llamaba Valentina Grigorievna, de 27 años. Originaria de la ciudad de Krasnodar y sin profesión conocida, ya había aparecido en otros vídeos en directo de Reshétnikov, quien la humillaba públicamente a petición de los miembros de su audiencia y a cambio de sumas de dinero convenidas. En una de las emisiones llegó a rociarle la cara con gas pimienta.

La violencia de género constituye un grave problema en Rusia, sin que las autoridades o el poder legislativo hayan querido impulsar leyes para ponerle coto. Todo lo contrario. En el 2017, apelando a la defensa de la familia, el Parlamento ruso aprobó una propuesta legislativa que despenalizaba la violencia familiar si ésta se producía una vez al año y no provocaba rotura de huesos. "Existe una diferencia entre azotar y pegar", dijo entonces el presidente Vladímir Putin para justificar la iniciativa. Según un estudio realizado en el 2012, entre 12.000 y 14.000 mujeres mueren cada año en el país a manos de sus parejas o parientes, lo que equivale a una fallecida cada 40 minutos.