La oposición británica pidió ayer a Johnson el cese de su principal asesor, Dominic Cummings, por saltarse las normas de confinamiento en plena expansión del coronavirus. Unas demandas ante las que el premier británico reaccionó de manera taxativa, brindando su «absoluto apoyo» a su principal consejero y desoyendo las demandas del resto de partidos.

A finales de marzo, Cummings viajó desde Londres a la granja de sus padres, en Durham, al noreste de Inglaterra, desoyendo las órdenes impuestas por el Gobierno a los británicos. Un trayecto de 425 kilómetros en coche con su mujer y su hijo, que la policía investigó. Johnson «sabía que (su asesor), estaba en un lugar con su familia y da a Cummings su completo apoyo», señaló en la rueda de prensa diaria sobre el coronavirus el ministro de Transportes, Grant Shapps. El propio Cummings, de 48 años, declaró en la puerta de su domicilio londinense haberse comportado «razonable y legalmente».

El asesor y su esposa tenían en el momento del viaje a finales de marzo síntomas de estar contagiados. La justificación del Ejecutivo es que querían dejar a su hijo al cuidado de la familia, aunque ellos permanecieron confinados durante 14 días en una vivienda aparte de la granja. En marzo Johnson declaró que los niños no debían estar con los abuelos o con familiares de edad avanzada, un grupo «que puede ser particularmente vulnerable».

Cummings considerado como el hombre más influyente en el entorno del primer ministro, habría sido uno de los defensores de la estrategia del contagio masivo y la inmunidad de grupo. El pasado 27 de marzo las cámaras captaron el momento en que salía corriendo de Downing Street, después de que se anunciara el contagio del premier y del titular de Sanidad, Matt Hancock. De Cummings se dijo entonces que estaba en su domicilio, aislado, con síntomas del virus. No volvió a reaparecer en público hasta el 14 de abril.

La policía de Durham ha confirmado que supieron el 31 de marzo de la presencia de alguien que había viajado desde Londres a una propiedad local, con la que se pusieron en contacto.

El Partido Laborista indicó que las normas eran muy claras pero Cummings «parece creer que hay una regla para él y otra para los británicos». El líder del Partido Nacional Escocés (SNP) en Westminster considera la posición de Cummings «insostenible, por lo que debe ser cesado».

Semanas atrás, el profesor Neil Ferguson dimitió como asesor científico del Gobierno británico al saberse que su amante cruzó Londres para visitarle en dos ocasiones durante el confinamiento. En Escocia, la jefa del servicio de Sanidad, Catherine Calderwood, también renunció tras desplazarse dos veces con su familia a su segunda residencia.