El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha sido galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2020. Pero, ¿en qué consiste este programa? A continuación, cinco ideas claves para conocer qué es y cómo trabaja el PMA.

El PMA es una poderosa organización que lleva casi seis décadas operando en zonas arrasadas por desastres naturales o conflictos armados con el objetivo de hacer llegar ayuda de emergencia a las poblaciones sin recursos. Fue creado en 1962 a petición del presidente Dwight Eisenhower (EEUU) para dotar a la entonces recién creada ONU de una agencia de alimentos. Según explica un funcionario anónimo del PMA: "La organización nació del deseo del Gobierno estadounidense de apoyar su agricultura nacional comprando los excedentes agrícolas en Estados Unidos y distribuyéndolos en los países en desarrollo". Es decir, sacar rendimiento a los excedentes de los países más desarrollados para repartirlos por el mundo.

En 1963, cuando ni siquiera hacía un año que el PMA estaba en funcionamiento, un terremoto sacudió el norte de Irán y mató a 12.000 personas. Entonces, se puso en marcha el primer proyecto de alimentación escolar del PMA. Pero no fue hasta 1965 que el organismo se integró plenamente en Naciones Unidas.

Ayuda vital para millones de personas

Al menos 1,1 millones de mujeres y niños menores de 5 años se benefician de un apoyo nutricional del PMA cada mes. Los países en los que el programa tiene más presencia son: Siria, la República Democrática del Congo, Burkina Faso, Malí, Níger, Sudán del Sur y en los Estados afectados por la insurrección de Boko Haram en Nigeria. Pero, según la página web oficial de la organización, su respuesta en Yemen es la más grande de todo el mundo y asegura que cerca de 10 millones de yemeníes "están en situación de inseguridad alimentaria aguda".

El PMA fleta el equivalente a 5.600 camiones, 30 barcos y casi 100 aviones cada día, normalmente a través de oengés y de transportistas privados. A nivel local en algunos países, el programa utiliza incluso transportes en burro para llegar a las zonas más recónditas.

De los alimentos a las transacciones monetarias

A lo largo de sus casi 60 años de trayectoria, el PMA ha registrado una gran sofisticación en sus medios de actuación adaptandose a los nuevos tiempos.

Sus primeras misiones consistían, sobre todo, en llevar alimentos de un punto a otro. En la actualidad, el PMA funciona a través de programas alimentarios, educativos y nutricionales. Es decir, reparte los fondos recolectados para hacer un uso óptimo de los mismos distribuyendo bonos de compra y sumas en metálico. Además, su papel en la educación de las poblaciones para que adopten una buena alimentación es esencial.

"Antes dábamos calorías y ahora ponemos el acento en las necesidades particulares como, por ejemplo, las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. Esto pasa por la educación local. Si hay niños mal alimentados, esto se debe tanto a la falta de acceso a la alimentación como a la prevención, el lavado de manos, etc", explicaba este funcionario a la agencia AFP.

Misiones

El PMA se concentra en la ayuda de emergencia, en la reconstrucción y en la ayuda al desarrollo. Lo que representa que dos tercios de su trabajo se efectúan en zonas de conflicto.

El Programa, que emplea a 17.000 personas, trabaja estrechamente con otras dos agencias de la ONU que tienen sede en Roma: la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo Internacional de desarrollo Agrícola (FIDA).

El PMA se financia totalmente a través de donaciones, la mayoría procedentes de los estados miembros. En 2019, recaudó 8.000 millones de dólares para continuar con su labor. Sin este Programa, los fondos aportados tendrían que pasar por un sinfín de oenegés y eso dificultaría extremadamente la coordinación y la garantía de respuesta.

La pandemia del hambre

El número de personas que padecen inseguridad alimentaria aguda en el mundo ha aumentado casi un 70% en los últimos cuatro años, y la crisis económica provocada por la pandemia del Coronavirus podría comportar una "pandemia de hambre" especialmente en América del Sur y en el oeste, sur y centro de África, advierte el PMA.

Más de 821 millones de personas en el mundo sufren hambre crónica y otros 135 millones viven con hambre o con carencias críticas en su alimentación, a las que se podrían añadir 130 millones de personas a causa de la crisis sanitaria de los pasados meses.

El portavoz del PMA en Ginebra, Tomson Phiri, ha manifestado que necesitan de manera urgente "un apoyo adicional a los donantes, quienes, por supuesto, están de por sí sujetos a una gran tensión a causa del impacto de la pandemia en sus propios países."