Hubo al parecer sexo furtivo entre congresistas y policías. Hay vídeos. Y muchas mentiras. Hasta donde se sabe, no sin asombro, el jefe de la Policía de Colombia estaría detrás de esta trama. El general Rodolfo Palomino se quedó solo en huracán del escándalo que remece a Colombia y abandonó su cargo con apelaciones a su honorabilidad.

“Son acusaciones falsas que se han hecho en mi contra de manera temeraria”, dijo el alto mando policial. La Procuraduría General de la Nación ha ofrecido pruebas que los medios califican de inequívocas. Palacios será investigado por presunto enriquecimiento exponencial e injustificado de su patrimonio, la intercepción de llamadas telefónicas a periodistas, conocidas como “chuzadas” y, por último, por su participación y presunta creación de una red deprostitución masculina que lleva el nombre de los héroes de la saga de fantasía de Tolkien que combate contra fuerzas oscuras en la Tierra Media: la Comunidad del Anillo.

Palomino deja la Policía después de 38 años, acusado de proxenetismo, inducción a la prostitución y trata de personas de miembros de la propia institución. “Espero que la justicia pueda devolverme la dignidad que se me ha querido arrebatar con mentiras e infamias", dijo. Palacios sostiene que, con este escándalo, se busca "desvertebrar” a un “cuerpo de generales” que tiene “una cita incambiable e irrenunciable con la patria”.

"RETROCEDER A LA INQUISICIÓN"

La historia que ha motivado su caída y la de la Comunidad del Anillo terminó también con la carrera de Carlos Ferro como viceministro del Interior. Ferro dimitió después de que la emisora La FM publicara un vídeo filmado en el 2008 y en el que el político y un capitán de la policía llamado Ányelo Palacios pactan de manera consentida un lugar para desplegar sus apetencias sexuales, después de casi 10 minutos de conversación. Por entonces, Ferro era senador. Palacios ha pedido protección especial porque dice temer por su vida.

El senador Roy Barreras, del mismo partido que el presidente Juan Manuel Santos, calificó la cinta de “obscena y procaz”, pero consideró que es necesario fijar una frontera entre la vida pública y privada de los adultos. “El día que crucemos el límite y empecemos a sancionar y castigar a las personas por su vida íntima habremos retrocedido a épocas de la inquisición”, dijo. El presidente Santos se ha mantenido en silencio por ahora. La policía debería jugar un papel importante en el proceso de paz con las FARC.

A medida que avanzan las investigaciones irrumpen nuevos nombres en esta trama. Los medios hablan del coronel Jerson Jaír Castellanos, quien se desempeñaba como jefe de seguridad del Congreso y habría sido el enlace en la institución y el Legislativo. Castellanos se aprovechaba de las costumbres sexuales algunos parlamentarios y ponía a sus servicios a un grupo de cadetes. Había algo más que intercambio monetario: se pagaba con favores para los ascensos en la carrera militar.

ELEGIR LOS CADETES

De acuerdo con el Ministerio Público, la práctica para lograr apoyo político en la carrera policial entre el 2004 y el 2008 era la siguiente: “Algunos policías serían obligados a llevar una bandera para que algunos congresistas pudieran escoger aquellos uniformados que fueran de su agrado o de su gusto con el fin de satisfacer sus deseos sexuales".

Según la revista 'Semana', cuando Palacios intentó denunciar los hechos de prostitución se sintió perseguido por el general Palomino. Por otra parte, Jesús Vergara, abogado de la familia de la alférez Lina Maritza Zapata, que murió hace una década y todavía se desconoce si fue un suicidio o un asesinato, asegura que la víctima tenía información sobre un catálogo que ofrecía servicios sexuales y al que altos oficiales de la Policía no eran ajenos”. De acuerdo con Zapata, “hay suficientes evidencias de que varias promociones de cadetes de la Escuela pertenecieron a ella o conocen su existencia”.