Brasil continúa en alerta máxima en lo ya es considerado como una de sus peores tragedias mineras, que ha causado por el momento 58 muertos, 305 desaparecidos y un rastro de destrucción en Brumadinhos, una localidad que vive ahora sus días "más tristes".

El "riesgo inminente" de que una segunda presa de la minera Vale se rompa y provoque una nueva catástrofe en la región, obligó a paralizar las búsquedas durante gran parte del día y a evacuar a cerca de 3.000 personas, aunque la mayoría han sido autorizadas para regresas a sus hogares. Los vecinos de la parte baja de la ciudad llegaron a ser evacuados y con ellos la impotencia y el miedo ante el derrumbe de la segunda represa, en la que la minera realizó el drenaje y consiguió reducir la presión del agua.

SIGUEN LAS LABORES DE RESCATE

El subteniente de los bomberos de Minas Gerais, Gertel Vaz de Souza, precisó que en un primer momento se estimó que unas 24.000 personas podrían llegar a ser desalojadas de sus hogares "en todas las áreas" de Brumadinho si no se consiguiera rebajar el riesgo de rotura del segundo dique, pero los profesionales consiguieron controlar la situación.

Con la disminución del riesgo de un nuevo colapso, los equipos de rescate retomaron las labores de búsquedas, con la esperanza de poder hallar a más supervivientes 48 horas después de que ocurriera el desastre que "ha acabado" con Brumadinhos, según declaró el alcalde de esta localidad de 33.000 habitantes, Avimar de Melo. "Es el momento más triste que Brumadinho ya vivió hasta hoy", dijo.

En la boca de un puente de esta localidad, Joaquim Cándido, de 68 años, espera sentado para poder cruzar. Se dirige al Instituto Forense para ver si encuentra a su yerno de 47 años, treinta de los cuales los pasó trabajando en el complejo de Vale, donde desapareció. "Está desaparecido, nadie da información. Vale no da información, nadie da información", señaló.

A diferencia de otros días, las labores de rescate se prolongarán durante la noche, ya que los bomberos encontraron otro autobús con posibles muertos próximo a un área administrativa del complejo minero donde ocurrió la tragedia. El balance de víctimas ya supera el registrado en 2015 en una tragedia similar, cuando 19 personas murieron después de que rompiera una represa de la minera Samarco, controlada por Vale y BHP, en el estado de Minas Gerais.

LA ALERTA CONTINÚA

A unos cinco kilómetros de Brumadinho, hay un viaducto sobre el que pasa una vía de ferrocarril, o lo que queda de él. Tan solo se mantienen en pie los extremos del mismo. "La situación aquí es bastante caótica. Vinimos aquí debido a que había personas, hasta niños, encima del puente y fuimos avisados por radio porque el viaducto está rajado y puede caerse" por completo "en cualquier momento", explicó el bombero Leoncio Valverdes.

Uno de los miembros de la patrulla de bomberos, que está realizando una evaluación de daños por toda el área afectada, mostró una de las vigas sobre la que se sustenta el viaducto completamente rajada: "Esto es riesgo inminente, primero evacuar y luego evaluar".

Las víctimas mortales de este desastre ya llegan a 58, mientras que los desaparecidos pasaron de 287 a 305 en las últimas horas, después de que fueran registrados más nombres por parte de algunos familiares, de acuerdo con la Defensa Civil de Minas Gerais. "Esperábamos que Vale hubiera aprendido la lección con lo que ocurrió en Mariana", afirmó el alcalde de Brumadinho, en declaraciones a los periodistas.

CONSECUENCIAS ECONÓMICAS

Además de las pérdidas humanas, el alcalde lamentó las consecuencias económicas que el accidente va a tener sobre la ciudad, que dependía en gran parte de la actividad de Vale, a la que calificó de "inconsecuente" e "incompetente".

Un total de 11.000 millones de reales (alrededor de 2.920 millones de dólares) han sido bloqueados de las cuentas de la compañía para resarcir a los familiares de las víctimas, garantizar recursos y paliar los daños ambientales en una región donde ahora el panorama es desolador.

La empresa ha recibido además dos multas: una del Instituto Brasileño de Medio Ambiente de 250 millones de reales (67,5 millones de dólares) y otra del Gobierno de Minas Gerais de 99 millones de reales (26,7 millones de dólares), según informaron las autoridades locales.