Austria pone rumbo hacia unas elecciones anticipadas. Tras 48 horas de terremoto político, el presidente del país, Alexander Van der Bellen, ha aseguró ayer que los nuevos comicios tendrán lugar en poco más de tres meses. «Mi preferencia es para principios de septiembre», remarcó después reunirse con el canciller, Sebastian Kurz. Sin embargo, los austríacos aún deberán esperar para conocer la fecha exacta de su cita electoral. Para ello, Van der Bellen deberá reunirse con los líderes de todas las formaciones políticas y poner en marcha un mecanismo legal que puede retrasar la decisión unas cuantas semanas.

Las palabras del presidente de la república transalpina llegan después de uno de los días más tensos de la historia reciente del país. Este sábado por la noche Kurz anunció la disolución de su gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas después de romper su alianza con el ultraderechista Partido por la Libertad (FPÖ), su socio desde finales de hace dos años.

Pocas horas antes, el líder xenófobo y vicecanciller, Heinz-Christian Strache, había presentado la dimisión de todos sus cargos tras hacerse público un vídeo en el que aparecía junto a otro alto cargo del partido negociando con una supuesta nieta de un oligarca ruso como hacerle donaciones «eludiendo el Tribunal de Cuentas» a cambio de favores políticos. En ese encuentro trampa también se le ve fantaseando con controlar los medios de comunicación del país «como lo ha hecho Orbán», en referencia al ataque a la libertad de prensa perpetrado por el Gobierno húngaro. Con las elecciones anticipadas, Austria quiere abrir un nuevo período, pero aún hay muchos interrogantes por esclarecer. No se sabe quien está detrás del vídeo y la razón porque tardó tanto en publicarse cuando se grabó en el 2017. De cara a los comicios, tampoco hay detalles sobre quién será el sustituto de Strache y si miembros ultraderechistas seguirán formando parte del gobierno en funciones.