Austria ya ha puesto en marcha la guerra contra el «Islam político». El canciller ultraconservador, Sebastian Kurz, anunció ayer que el país expulsará a todos aquellos imanes y clérigos musulmanes que sean financiado con fondos extranjeros. Esta medida podría afectar a hasta 60 imanes vinculados con grupos radicales en Turquía y sus familias, lo que supondría la expulsión de hasta 150 personas, según precisó el ministro del Interior, Herbert Kickl, del ultraderechista Partido por la Libertad (FPÖ). En dos de esos casos ya es seguro que los imanes han violado la prohibición de la financiación internacional, por lo que serán expulsados de Austria.

En la república transalpina se contabilizan actualmente unos 260 clérigos musulmanes. Las autoridades han puesto el foco en 60 de ellos pero la medida podría ampliarse. La expulsión se basa también en la ley islámica del 2015, por la que se solicitó una actitud positiva de la comunidad musulmana frente al Estado y la sociedad austríaca. El Gobierno procederá a cerrar hasta siete mezquitas.