Se sabía hasta ahora que el misil que derribó al Boeing 777 de Malaysia Airlines en el 2014 cuando sobrevolaba el espacio aereo de Ucrania había sido disparado por una batería antiaérea BUK venida desde Rusia y posicionada en territorio bajo control de las milicias prorrusas.

El Equipo de Investigación Conjunta (JIT), encabezado por Holanda, país con mayor número de ciudadanos a bordo del aparato, acaba de dar un paso más. En una conferencia de prensa celebrada ayer en Bunnik, cerca de Utrecht, miembros del JIT identificaron la procedencia exacta del arma, y determinaron que ésta pertenecía a la 53 Brigada Antiaérea del Ejército ruso, con base en Kursk, en el oeste de Rusia.

Los investigadores «han concluido que el misil Buk-Telar que ha abatido al MH-17 (número del vuelo) procedía de la 53 Brigada Antiaérea basada en Kursk», destacó el investigador holandés Wilbert Paulissen ante una audiencia formada principalmente por periodistas holandeses y asutralianos, otro de los países más afectados. «La 53 Brigada pertenece a las Fuerzas Armadas rusas», añadió. Se trata de la más directa acusación contra el Estado ruso realizada por el equipo de investigación desde su constitución.

Fred Westerbeke, de la Fiscalía holandesa, aseguró que es pronto para que la justicia de su país acuse formalmente a individuos responsables del derribo, algunos de los cuales necesariamente serán ciudadanos rusos dada la nacionalidad de la 53 Brigada Antiaérea. «Estamos en la fase final de la investigación», indicó.

Como viene siendo habitual cada vez que el JIT difunde sus avances, Moscú niega todas las acuaciones, aunque sin ofrecer versiones alternativas,como antaño. Fuentes del Ejército ruso citadas por la agencia TASS subrayaron que ningún complejo antiaéreo suyo ha cruzado la frontera ruso-ucraniana. Por su parte, el primer ministro holandés, Mark Rutte, ha acortado su viaje a la India para presidir una reunión de su Gobierno acerca del derribo del MH-17.