De los tres protagonistas de la foto de las Azores, Tony Blair, George Bush y José María Aznar (también se sumó al plan José Manuel Durao Barroso, aunque no salió en la foto), tan solo Blair ha sido investigado por su responsabilidad en la invasión de Irak.

En el caso de Aznar, el Tribunal Supremo acordó en enero de 2004 no admitir a trámite las 13.345 denuncias presentadas por entidades y ciudadanos contra el presidente del Gobierno y los ministros de Defensa y de Exteriores. El tribunal tardó nueve meses en resolver las denuncias y señaló que “la responsabilidad penal es estrictamente personal y no puede surgir del mero apoyo político o logístico a las acciones bélicas de la coalición”.

En paralelo discurrió el trabajo del juez Santiago Pedraz por la muerte por disparos de soldados estadounidenses del cámara de Telecinco José Couso, en el 2003, pero los recortes a la justicia universal (primero, por parte de José Luis Rodríguez Zapatero y, después, por Mariano Rajoy) llevó a la Audiencia Nacional a archivar el caso en el 2015.

CARPETAZO EN EEUU

En Estados Unidos, por su lado, Barack Obama, poco después de asumir la presidencia en 2009, decidió que no se juzgaría a los responsables de la Administración Bush por los presuntos crímenes de guerra perpetrados en Irak, desde la tortura a una invasión orquestada bajo premisas falsas. Obama anunció que el país debía moverse “hacia delante”, en lugar de remover el pasado.

De ese modo se concedió impunidad a los responsables de la destrucción de Irak. Antes de aquello, el Congreso llevó a cabo dos investigaciones sobre las armas de destrucción masiva que sirvieron para justificar la invasión y sobre el desempeño de la inteligencia. Ambas resultaron en informes críticos, pero nadie asumió responsabilidades políticas ni se sentó en el banquillo.