La onda expansiva por la ejecución en Arabia Saudí del clérigo chí Nimr al-Nimr se extiende peligrosamente por la región del Golfo Pérsico, con una esclada de impredecibles conscuencias entre el Irán chií y sus aliados árabes sunís. El Gobierno de Baréin ha seguido los pasos saudís y ha roto este lunes las relaciones con Irán, dando un plazo de 48 horas para que los diplomáticos iranís abandonen el país. Sudán también ha tomado la misma decisión mientras que los Emiratos Árabes Unidos han llamado a su embador en Teherán y han reducido los lazos diplomáticos.

El Gobierno de Arabia Saudí (suní) rompió el domingo relaciones diplomáticas con Irán (chíí) tras el asalto la noche anterior de la embajada saudí en Teherán y su consulado de la ciudad de Mashhad, que se produjo como respuesta a la ejecución del clérigo. En la primera reacción de Teherán a la medida, el vicepresidente primero iraní, Eshaq Yahanguirí, ha aconsejado a los líderes saudís que dejen de tomar decisiones "apresuradas" y que actúen con más inteligencia.

Teherán pide moderación

"Si alguien actúa con ustedes con moderación, ustedes también deben de aprender de este comportamiento", ha afirmado Yahanguirí, que ha pedido a los saudís que recuerden "el caos que han creado en los últimos años en la región" en referencia a la intervención de Arabia Saudí en Baréin y en los bombardeos de Yemen. Según el Ministerio iraní de Asuntos Extiores, Arabia Saudí, está utilizando el ataque a su embajada para atizar las tensiones regionales y rivalidades sectarias en beneficio propio.

Irán, el poder regional chií, y Arabia Saudí, suní, disputan una carrera histórica por extender su influencia en Oriente Medio, que se ha acelerado en los últimos años. Las guerra en Irak y enSiria y las primaveras árabes han abierto las puertas a cambios en el status quo regional y ambos potencias rivalen han visto la oportunidadad de extender su hegemonía.

No ha habido conflicto en la región últimamente en que Arabia Saudí e Irán no hayan estado presentes en posiciones en enfrentadas. Cuando estallaron protestas chiís en Baréin, Arabia Saudí envío tropas en apoyo de la monarquía suní. En Siria, Irán apoya al régimen deBashar al Asad mientras Riad armó y apoyó a los rebeldes que buscan derrocarlo. En Yemen, Riad lidera la campaña de bombadeos contra los rebeldes hutís (chiís).