Cuando ya se habla abiertamente de una segunda ola de covid-19 en Europa, los bares vuelven a estar en el punto de mira y a sentir la losa de las restricciones. Algunos gobiernos, en su arduo tira y afloja entre controlar la pandemia y garantizar la actividad económica, consideran que, ante el aumento de casos, los ciudadanos bien puedan prescindir de las copas, aunque los empresarios, aterrados, se lleven las manos a la cabeza. No hay unanimidad en toda Europa pero sí se repiten patrones que pasan por, en primer lugar, restringuir el horario de los bares para, luego, optar por el cierre total.

Arrancó París, el 28 de septiembre, con la obligación de los bares de cerrar a las 22.00 horas. Pero el batacazo llegó el lunes pasado cuando pubs y tabernas bajaron las persianas durante dos semanas por decreto del Ministerio de Sanidad. La decisión levantó ampollas en el consistorio parisino. "¿Cómo podemos entender que, por un lado, haya una relajación del protocolo sanitario en las escuelas y que, por otro, en París los bares tengan que cerrar a las 10 de la noche?", se indignó entonces la alcaldesa de la metrópolis, Anne Hidalgo. Los restaurantes quedan exentos de la restricción. Marsella, especialmente azotada por los contagios, cerró a cal y canto durante dos semanas.

El Reino Unido va por idéntico camino. A día de hoy, pubs y restaurantes deben cerrar a las 22 horas en todo el país. Pero en breve, el Gobierno del conservador Boris Johnson podría anunciar el cierre de bares y restaurantes a partir del lunes en el norte de Inglaterra, en ciudadades como Manchester, Liverpool y Newcastle. Además, cinco zonas de Escocia, entre las que se encuentran las ciudades de Edimburgo y Glasgow, amanecerán el viernes sin pubs, bares ni restarurantes. Sólo podrán abrir hasta las 18.00 horas las cafeterías que no vendan alcohol.

A juzgar por esta disparidad de medidas dentro del país, se atisba que Johnson es partidario de utilizar el bisturí para ir diseccionando distintas necesidades a fin de dañar lo menos posible la actividad económica.

BRUSELAS, SIN ALCOHOL

La capital de Bélgica, Bruselas, cierra a partir de hoy y durante un mes todos los bares y cafés. Los locales donde se sirvan comidas en la mesa podrán permanecer abiertos, pero aquellos espacios públicos destinados al consumo de bebidas alcohólicas permanecerán cerrados hasta el 8 de noviembre en las 19 comunas de la capital belga.

Berlín, la capital alemana, tiene previsto que bares y restaurantes cierren a las 23.00 horas durante todo el mes de octubre.

Italia se encuentra entre los países europeos que, a día de hoy, no han impuesto restricciones a sus negocios de restauración y ocio. En Italia, el decreto que acaba de renovar el estado de alarma no determina su cierre, pero sí lo condiciona a la evolución de la situación sanitaria.

Madrid, confinado por zonas, ha estado cerrando bares y restaurantes a las 22.00 horas. Idénticas medidas rigen en Holanda y en la capital de Dinamarca, Copenhague, y sus inmediaciones.

Las repercusiones de estas medidas restrictivas preocupan seriamente al sector, ya herido tras el cierre de meses en el momento más duro del confinamiento de primavera. "Antes de fin de año, el 30% de los bares, hoteles, restaurantes, discotecas y empresas de catering de París y la región de Île-de-France, corren el riesgo de cerrar", alertó Roland Héguy, presidente de la Unión de Oficios e Industrias de la Hostelería, en el diario Le Parisien.